¡Ofrece a Dios tu gratitud, cumple tus promesas al Altísimo! Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás. Salmo 50:14-15
Amado Padre que estás en el cielo, juntos queremos alabarte y darte gracias con todos nuestros corazones, por tu bondad y liberación de nuestras muchas necesidades. Acepta nuestro agradecimiento y ayúdanos a andar nuestros caminos con el corazón siempre alegre. Que estemos dispuestos y listos para lo que hayas preparado para nosotros tus hijos. Bendice nuestras vidas individualmente y bendícenos en nuestra comunidad. Permite que tu Espíritu irradie sus rayos en todo lugar, para dar consuelo al corazón de la gente, y para restaurar y fortalecer su fe. Que tu nombre sea alabado eternamente. Amén.
Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de…
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto…
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te…
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“Rvdo. Clarence L. Jordan muerto. Dirigió el Proyecto Granja Interracial”, se leía en un breve…