Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario, a quienes reunió de todos los países, de oriente y de occidente, del norte y del sur. Salmo 107:1-3
Señor nuestro Dios y Padre, te damos gracias por todas las bendiciones que has traído a nuestras vidas, y por todo lo que aún esperamos recibir de tu bondad. Te agradecemos que por medio de tu Espíritu obrarás cada vez más en nosotros y en todas las personas, para no ser entorpecidos por ninguna consideración humana, sino que podamos ir hacia una meta superior. Guárdanos bajo tu cuidado. Que cada uno de nosotros experimente tu ayuda y tu consuelo en todas nuestras preocupaciones particulares, para que nuestros corazones siempre se regocijen alabando tu nombre. Amén.