Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro. He jurado por mí mismo, con integridad he pronunciado una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, y por mí jurará toda lengua. Isaías 45:22-23
Señor Dios, nos postramos ante ti para adorarte, por tus obras poderosas en el cielo y en la tierra, y permitirnos ser tus hijos y tus siervos. Has hecho grandes proezas a muchos pueblos, permitiendo que te sirvan, y harás aún más. Porque has prometido que todos nuestros caminos serán hechos rectos. Has prometido que todo lo que hacemos sea para tu servicio por medio de Jesucristo, Salvador del mundo, a quien nosotros seguimos. Él será revelado al mundo entero, entonces las naciones serán convocadas para servirte y tu voluntad se cumplirá en la tierra como en el cielo. ¡Alabado sea tu nombre, Señor nuestro Dios! Te abrimos nuestro corazón. Vivos o muertos somos tuyos. Amén.
El arzobispo de Arkangelsk navegaba hacia el monasterio de Solovki. En el mismo buque iban…
¿Los protestantes pueden observar la Cuaresma? Desde los tiempos de la Reforma, muchos protestantes se…
Investigadores chinos descubren el patógeno HKU5-CoV-2, un merbecovirus similar al causante del COVID-19 Un equipo…
Frederick K. S. Leung habla con Joy Clarkson, editora de libros y cultura de Plough,…
En mayo de 1993, el nuevo gobierno Nacionalsocialista Obrero Alemán promulgó una ley que establecía…
Porque yo soy el Señor tu Dios, yo agito el mar, y rugen sus olas;…