Por amor a Sión no guardaré silencio, por amor a Jerusalén no desmayaré, hasta que su justicia resplandezca como la aurora, y como antorcha encendida su salvación. Isaías 62:1
Señor nuestro Dios, te alabamos, por venir a nuestro encuentro en todas partes, y por revelar tu gloria en nuestro mundo. Que seamos dignos de ti, personas que puedan representarte con todo nuestro ser. Danos la fortaleza para soportar, incluso en medio de luchas y tentaciones. Ten misericordia de nosotros todo el tiempo, por medio de nuestro Salvador Jesucristo. Que permanezcamos en cuerpo y alma en tus manos, y al final podamos llegar a ti, Padre nuestro del cielo, como hijos verdaderos, renacidos por medio del Espíritu Santo. Amén.
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