He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida. 2 Timoteo 4:7-8
Te damos gracias, Padre que estás en el cielo, que te preocupas por nosotros y por unirnos a ti a través de todas tus obras y toda tu ayuda. Te agradecemos por mostrarnos un camino de esperanza, un camino que siempre se hace más claro y más firme bajo nuestros pies. En este camino podemos desafiar todos los males de este mundo y de esta época, sabiendo con certeza que todo saldrá bien y que todos seremos guiados al destino maravilloso y eterno, aun cuando tenemos que negarnos a nosotros mismos y atravesar por mucho sufrimiento. Tu reino debe llegar para la gloria de tu nombre, para que toda persona pueda vivir en un plano superior y te sigan a ti, la única ayuda y vida verdaderas. Amén.
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