Fíjense en lo que sucedió en otros tiempos: nadie que confiara en el Señor se vio decepcionado; nadie que lo honrara fielmente se vio abandonado; a todos los que lo invocaron, él los escuchó. Porque el Señor es tierno y compasivo, perdona los pecados y salva en tiempo de aflicción. Eclesiástico 2:10-11 DHH
Amado Padre que estás en el cielo, Dios poderoso en el cielo y la tierra, reanímanos con tu Palabra que has enviado y con todo lo que en tu misericordia y amor incondicional has hecho por nosotros. Haz que nos mantengamos entusiastas y felices, aun en los tiempos de aflicción. Concédenos una confianza inquebrantable en ti, para darnos un terreno firme bajo nuestros pies, para que siempre podamos agradecerte y glorificarte. Porque tú, oh Señor, eres nuestro Dios. Eres nuestro Padre, que nunca abandonará a sus hijos en toda la eternidad. Amén.