El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». Salmo 91:1-2
Señor nuestro Dios, venimos ante tu presencia, porque eres nuestra seguridad, nuestro refugio, especialmente en estos tiempos cuando todo lo que sucede nos aflige y perturba. Tú eres nuestro Dios y Salvador hoy y siempre. En todo momento has sido nuestro Salvador y ayudador, y lo seguirás siendo por la eternidad. Alabamos y glorificamos tu nombre. Danos un nuevo espíritu para nuestro tiempo, oramos por una nueva ayuda mediante el evangelio traído por Jesucristo. Que tu nombre sea santificado, que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto…
Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te…
El día de ayer, el mundo fue testigo de un hecho histórico: un nuevo acuerdo…
En el transcurso de este año, California ha enfrentado una de las temporadas de incendios…
“Rvdo. Clarence L. Jordan muerto. Dirigió el Proyecto Granja Interracial”, se leía en un breve…
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero…