Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7
Amado Padre que estás en el cielo, como hijos tuyos te damos gracias porque tú sabes cómo unirnos. Nos has conducido a la comunión contigo de manera tan hermosa, en medio de un mundo lleno de agitación y malestar, lleno de miseria y sufrimiento, lleno de pecado y maldad. Porque conoces a tus hijos, los guías a la comunión contigo; los consuelas, les das fortaleza de fe y confianza en tu soberanía y reinado, que prevalecerán sobre toda maldad y muerte que todavía parece dominar a la humanidad. Pero tu señorío alcanza mucho más allá; tú nos guardarás en tus manos. Por causa de los que confían en ti, enviarás tu gracia y ayuda al mundo entero. Amén.
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