NOTICIACRISTIANA.COM – La madurez espiritual debe ser un proceso profundo y continuo que trasciende la mera adquisición o prácticas religiosas; es un viaje interno hacia la plenitud de la fe. Por consiguiente, es poder ver más allá de las circunstancias presentes, abrazar la incertidumbre con calma y confianza, y encontrar un sentido más elevado de propósito y significado en nuestra existencia.
El pastor Charles Torres, en la conferencia de Life The Woodland, explica las enseñanzas del apóstol Pablo a los Corintios, en particular hace un análisis sobre 2 Corintios 4:16-19, sobre ese mensaje alentador y desafiante.
Torres, señala que el apóstol exhorta a no ceder al desánimo, a no permitir que el temor se arraigue, a no sucumbir ante las circunstancias adversas. Este consejo trasciende el mero ámbito emocional; es un llamado a elevarnos por encima de las vicisitudes y a comprender la realidad más allá de lo tangible y efímero.
Agrega que el énfasis apostólico radica en la renovación interna que ocurre constantemente en nuestras vidas, incluso mientras atravesamos dificultades. El sufrimiento temporal engendra una gloria eterna y, aunque nuestros ojos solo perciben lo tangible, lo material, lo efímero, existe una realidad más duradera y eterna que no se percibe a simple vista.
Nueva Naturaleza
“En nuestra nueva naturaleza como creyentes, estamos llamados a una madurez espiritual que nos permita ver más allá de las circunstancias presentes. La madurez a la que se refiere el apóstol no se limita a una simple noción de crecimiento humano, sino que apunta a alcanzar la plenitud de la imagen de Cristo. Debemos ser conscientes de esta realidad y vivir de acuerdo con ella”, destacó Torres.
Además, resaltó que es esencial comprender que la relación entre Dios y su pueblo va más allá de meros convenios o intereses superficiales. Al igual que en un matrimonio, el compromiso con Dios no se trata de obtener beneficios personales, sino de unirse con la persona de Cristo en una relación íntima y comprometida.
“La iglesia, vista por muchos como una institución o un lugar físico, en realidad es la comunión de aquellos que están unidos en Cristo. La madurez espiritual implica comprender esta verdad fundamental y vivir de acuerdo con ella, apartándose de la mentalidad mundana que nos rodea”, afirmó el pastor.
Propósito de Dios
El propósito original de Dios no fue formar simplemente individuos éticamente correctos, sino crear una nueva humanidad nacida de nuevo para participar de la vida en Cristo y establecer una cultura celestial en la tierra. Sin embargo, nos vemos obstaculizados por nuestra carne y nuestra limitada visión, lo que nos lleva al desánimo y a la inmadurez espiritual.
“Es crucial comprender que Dios ya ha resuelto todos nuestros problemas a través de Cristo. Estar en Cristo es estar bajo su cobertura y protección, pero apartarse de esta realidad lleva al desánimo, al temor y a vivir conforme a la carne en lugar del espíritu”, expresó Torres.
No ser sacudidos
Asimismo, explicó que el apóstol Pablo nos anima a no ser movidos o sacudidos por las circunstancias, recordándonos que, a pesar de las presiones y desafíos, estamos sostenidos por Cristo. Nuestra madurez radica en el crecimiento en Cristo y en la expresión diaria de su vida en nosotros.
La madurez espiritual implica un cambio de perspectiva y una transformación continua para vivir en la plenitud de la vida en Cristo. La comprensión de esta realidad nos libera del desánimo, el temor y nos capacita para vivir de manera victoriosa y firme en medio de las dificultades.
De esta forma se resume la perspectivas y las enseñanzas del pastor Charles Torres sobre 2 Corintios 4:16-18, así como otros pasajes bíblicos relevantes en relación con la madurez espiritual y la vida en Cristo.
Clic aquí, para ver conferencia completa.
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