Muy distinto a otros sismos, “doble temblor”, con una fuerte intensidad y largo. Así describieron algunos chilenos el sismo que se registró ayer y que, según el Centro Sismológico Nacional, tuvo una magnitud 6.6.
Si bien tuvo su epicentro en el sur del país—a 52 kilómetros al noreste de Lonquimay—, su profundidad de 206 kilómetros logró que se percibiera también en la zona central.
Pero, ¿por qué se sintió como si fueran dos sismos distintos? Esta es la explicación de Luis Donoso, sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo.
Para entenderlo sencillamente, Donoso le explica a La Tercera que los sismos se clasifican en tres categorías principales: los cercanos a la superficie (que son cuando tienen una profundidad de 30 a 60 kilómetros), los intermedios (entre 70 y 300 km.) y los profundos (desde los 300 km. de profundidad).
En esta línea, el sismo de la noche del domingo fue de 206 kilómetros de profundidad, por lo que entra en la categoría de intermedio. Mientras más profundo sea, es más fácil que se perciba en zonas alejadas, razón por la que toda la zona central pudo sentirlo, a pesar de que el epicentro haya sido en la Región de la Araucanía.
—Es como que usted pegue un golpe a la mesa (corteza terrestre superficial) o pegue un golpe en el agua (en la corteza más profunda). Las ondas van a llegar con distinta amplitud en la distancia y, en la corteza más profunda, se van a percibir más lejos—, ejemplifica el sismólogo.
Además de la intensidad, los usuarios en redes sociales contaron que percibieron un primer sismo y, después de casi un minuto, un segundo movimiento. Entonces, ¿fueron dos temblores?
—En realidad es el mismo sismo. Para la gente que estaba más en la zona central, recibió la onda P, que las hizo saltar un ratito, y al tiempo después, según la distancia, llegaron las ondas S y las superficiales. Esos son los efectos de un sismo bastante más profundo del que estamos acostumbrados.
Para entender qué son las ondas P y las ondas S, Donoso utiliza de ejemplo una roca: si ésta se fractura, se generan ondas elásticas. Las P son las primeras que se sienten, pues se generan apenas la roca se fractura y viajan rápidamente. En cambio, las S son ondas secundarias que se desplazan perpendicular al movimiento. Estas últimas, según Donoso, por su forma de moverse son las más “peligrosas” para las construcciones.
Entonces, la percepción de ese “doble temblor” de anoche en realidad fueron las dos ondas (S y P) de un mismo sismo.
—No hay de qué asustarse. Este tipo de eventos son absolutamente esperables en una zona de subducción—, tranquiliza el sismólogo.
Donoso muestra su preocupación ante las noticias falsas que circulan en redes sociales sobre los supuestos motivos de este tipo de eventos, como “la erupción de un volcán”.
—Hay que tomarlo como un sismo interesante que hay que estudiarlo, pero no refleja ni indica nada hacia el futuro. Es parte del proceso que tenemos que vivir y tolerar por estar en una zona de subducción activa, como lo es nuestro país.