NOTICIACRISTIANA.COM – Para que nuestro corazón agrade a Dios, tenemos que permitir que su Palabra influya en todos los ámbitos de nuestras vidas. Entonces, necesitamos tener un corazón preparado, sin ideas preconcebidas, que nos alejen de vivir conforme el propósito del Señor.
Álvaro Gutiérrez, a través del programa “Cristo es Vida”, señala que Salmos 145, enseña que el sistema del mundo roba la paz de nuestros corazones. Sin embargo, quienes están con un corazón abierto a luz, permanecen en reposo, porque hay confianza en Dios y su misericordia.
Asimismo, indica que en Proverbios 3:1-10, se exhorta a que vivamos de acuerdo a los mandamientos de Dios. En este sentido, el hombre de no debe ser sabio en su propia opinión. Es decir, la Palabra de Dios debe ser ley y eje en nuestras vidas, porque su Palabra, produce en nuestro corazón vida y luz.
“Debemos reconocer en todos los detalles la grandeza de Dios y de esa forma él enderezará nuestras veredas. Somos lo que somos porque Dios lo permite. En nuestra vida hay cosas que se tienen que perder, para ganar la vida de Dios, perder nuestra propia vida. Todo lo que no sea conforme la voluntad de Dios, debe apartarse de nosotros”, puntualizó Gutiérrez.
Agrega que en Hechos 9:10-19, donde se relata cómo usó Dios, a Ananías, para buscar a Saulo de Tarso, es un ejemplo de perder nuestra vida, salir de la comodidad para estar al servicio de Dios, aunque nuestra vida esté en peligro.
“Ananías, aun sabiendo que su vida estaba en peligro, fue a buscar a Pablo para que conociera del Señor. El llamado que Dios puso, en nuestro corazón, debe ser lo más importante, porque de eso depende el alumbrar del Señor en el corazón de otros. Por eso, cuando enfrentamos cosas difíciles, perdemos nuestra vida, para que se imponga la vida de Dios en nosotros. No podemos poner nuestra vida por encima de lo que Dios determinó para nosotros”.
Álvaro Gutiérrez
Por consiguiente, indica que en Filipenses 3:1-10, Pablo relata porque podía gloriarse de la carne. Por lo tanto, nos anima a reflexionar que ser sabios en nuestra propia opinión, es cuando todo aquello que hemos hecho en la carne que nos ubican en ciertas posiciones, lo ponemos por encima de lo que Dios estableció para nosotros.
“Cuando tenemos luz nos damos cuenta que todas esas cosas de la carne, son basuras con tal de ganar a Cristo. A medida que se abraza la luz nuestro corazón es expuesto y experimentamos la gloria y el poder de Dios, en nosotros. Si no tengo en mi corazón a Cristo, no tengo absolutamente nada”, acotó el expositor.
Gutiérrez, resalta que si ante Dios, no se hace nada, nos alejamos de él. Entonces, debemos entender que lo que tiene trascendencia es lo que Dios estableció, en nuestros corazones, y no inclinarnos a lo malo. De ahí que la vida del Señor debe tener peso en nuestros corazones, para que traiga llenuras a nuestras almas.
“Juan 17:3, indica que la vida eterna, es conocer a Cristo. Cuando no somos sabios en nuestra opinión, de manera humilde servimos al Señor y le decimos quiero rendir mi corazón ante tí. La relación del Señor consiste, en estar consciente que solo Cristo me puede fortalecer”, manifestó el expositor.
Concluye que es importante rendir nuestro corazón, a las misericordia de Dios, que son nuevas cada mañana. Por lo tanto, debemos rendir el corazón, de la forma que lo estableció, para que todo lo que demos como pérdida, lo ganemos para el Señor. Leer Salmos 51:15.
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