¿Theotokos o Christotokos? – CRISTIANISMO PARA ATEOS


¿Theotokos o Christotokos?

EXPOSICIÓN

            Bueno ya que los católicos y algunos protestantes (en su mayoría calvinistas) no solo nos llaman pelagianos, semipelagianos y ahora nestorianos (parece ser la nueva moda) y quien sabe que otro sobrenombre herético (ad hominems) para satanizar a sus opositores entonces creo que deberíamos empezar primero con las definiciones y algunas aclaraciones. ¿Qué es nestorianismo? El nestorianismo se define tanto por la RAE, la Biblia de Estudio Patrística y el Curso de Teología Patristica, Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia como la “Doctrina del siglo V difundida por Nestorio, patriarca de Constantinopla, que propugnaba la existencia en Cristo de dos personas, separando en él la naturaleza divina de la humana.” (RAE). Sin embargo, como dice el Dr. Francisco Lacueva, “recientemente se ha descubierto un libro de Nestorio en el que explícitamente niega la herejia por la que fue condenado.” (Biblia de Estudio Patristica, p. 2150) y el libro, Curso de Teología Patristica, Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia, también sostiene que muchos académicos hoy en día también confirman esto y que muchas de las acusaciones que hizo Cirilo y sus seguidores los cuales algunos eran monofisistas eran acusaciones falsas. Además de que usó el prejuicio, el soborno y la violencia para que se estableciera en el concilio de Efeso lo cual fue un concilio corrupto según historiadores, el dogma mariano del título, “Madre de Dios”.

        Ahora bien, actualmente ¿quién cree esto? ¿Nuestros Hermanos pentecostales? No. ¿Nosotros los Bautistas? Tampoco. Así que yo espero que mi opositor no cometa la falacia de hombre de paja de acusarnos de “nestorianos” solo porque no usamos el título, “madre de Dios” en nuestra teología cristiana así como también espero que tampoco cometa la falacia non sequitur de que si no apoyamos el título de Madre de Dios entonces no creemos que Jesus es Dios lo cual también seria deshonesto de su parte y una falta de ética cristiana. Entonces ¿qué es lo que creemos en cuanto a cristología? Creemos que Cristo es una sola Persona con dos naturalezas unidas pero diferentes (una divina y otra física).

             ¿De dónde aprendemos esto? ¿De un concilio católico del año 431? No. Aquellos cristianos que leen su Biblia la cual es nuestra autoridad final en cuanto a doctrina, materia, fe y práctica saben esto porque lo aprendemos de pasajes como 1 Juan 5:20 y 1 Timoteo 2:5 donde dice que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre o en palabras del apóstol Juan, el “que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios.” (1 Juan 4:3). Según el diccionario bíblico de Strong, la palabra “carne” significa hombre o naturaleza humana y así lo traducen algunas versiones de la Biblia. Juan capitulo uno (1:1-3,14) también enseña todo esto y así lo explicaron también los Padres más antiguos de la Iglesia antes del Concilio de Éfeso en 431.

          ¿Qué demuestra todo esto?  Bueno no solo demuestra que el título “madre de Dios” es innecesario sino que también es importante diferenciar (lo cual no es lo mismo que separar) entre ambas naturalezas. Esta es una de las razones por las que no estamos de acuerdo con el título, “madre de Dios” no solo porque deja fuera la humanidad de Cristo lo cual explica porque los monofisistas (herejes que creían en una sola naturaleza de Cristo, la divina) defendieron este título contra Nestorio en el concilio de Éfeso (Biblia de Estudio, Patrística, Francisco Lacueva, Editorial CLIE, p. 2150) sino porque le atribuye una característica humana (que es la maternidad) a la naturaleza equivocada (es decir, la divinidad de Cristo).

              Los herejes que seguían el apolinarismo, el docetismo, el valentinianismo y el marcionismo tampoco tenían problema con llamar a María, “madre de Dios” porque la naturaleza que ellos negaban era la naturaleza humana de Cristo o como los gnósticos quienes negaban que Jesucristo vino en carne (naturaleza humana). La cristología de los marcionitas por ejemplo cuyo fundador fue el antijudío Marción el Hereje (quien no consideraba a Cristo un Mesías judío sino como una entidad espiritual) también era docetista pues decían que el cuerpo de Jesús fue solo una apariencia no corporal. El docetismo niega la existencia histórica, corporal y forma humana de Jesús porque para ellos la carne es corrupta. 

           En otras palabras, creían que Jesús era solo Dios y que la única naturaleza que tenía era la divina. Por tanto, así como yo no voy a levantar la falacia de hombre de paja, pues creo que mi opositor no solo cree que Jesús no solo es Dios sino que también es Hombre tal como está definido en la Biblia, la Unión Hipostática, los credos y las confesiones protestantes y evangélicas espero que él tampoco mal represente mi postura diciendo que sostengo el nestorianismo. Por tanto, nadie está discutiendo la encarnación. A menos que mi opositor sea apolinario, docetista, marcionista, valentiniano o de algún grupo gnóstico que niegue que Cristo vino en carne o sea hombre sino el uso de este título espurio de “madre de Dios” el cual fue usada primero por los paganos y luego por los católicos romanos quienes según historiadores condujo a muchos de ellos a la mariolatría, pero que el cual nunca fue usada por los primeros cristianos y el cual ha conducido a muchos creyentes no solo a la idolatria a Maria sino a otros errores teológicos en la que no saben diferenciar las dos naturalezas de Cristo.

         Ahora yo creo que el problema principal aquí es confundir y no saber diferenciar (lo cual repito no es lo mismo que separar) entre las dos naturalezas de Cristo. Como dice el credo de Calcedonia del año 451, “…nuestro Señor Jesucristo es perfecto en divinidad y perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero Hombreningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión…en una Persona no partida ni dividida en dos personas sino uno y el mismo Hijo” (Biblia de Estudio, Patrística, Francisco Lacueva, Editorial CLIE, p. 2041) ¿Y en qué se diferencian ambas naturalezas? Se diferencian en el sentido de que la eternidad, espiritualidad, inmortalidad, omnipresencia, inmutabilidad, omnisciencia y otros atributos tienen que ver con su naturaleza divina. Mientras que cuando la Biblia enseña que Jesús crecía en conocimiento o sabiduría, en estatura, tuvo hambre (Mateo 4:2), se cansó (Jn. 4:6), nació, murió y otras limitaciones físicas que se mencionan estas tienen que ver en su naturaleza humana. Todo esto es teología básica y es importante saber esto para no confundir entre ambas naturalezas y así evitar caer en las viejas herejías como el docetismo, el marcionismo, el monofisismo, el apolinarismo o el gnosticismo las cuales negaban la naturaleza humana de Cristo.

            De hecho, tanto la Biblia, la Patrística, los credos, las confesiones y la definición de la Unión Hipostática, “Cristo es una sola Persona con dos naturalezas unidas pero diferentes” (Biblia de Estudio, Patrística, Editorial CLIE, p.2041) y todas usan las frases “según la carne” o “según su humanidad” precisamente para diferenciar (no separar) entre ambas naturalezas de Cristo pues aunque están unidas no son lo mismo. A menos que mi opositor crea en la herejia del monofisismo la cual sostienen que en Cristo hay una sola naturaleza en la que la humana fue absorbida o mezclada en la divina.

Por ejemplo:

Hijo de Dios
Dios
Deidad
naturaleza divina
Hijo de Hombre
Hombre
Humanidad
naturaleza humana
  Eterno
Espíritu
Omnisciente
Omnipresente
Omnipotente
Inmutable
No puede ser tentado
No puede morir
“sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida” (Hebreos 7:3)
  Tuvo comienzo (principio)
Físico (Materia)
Crecía en conocimiento y sabiduría
Confinado en un solo lugar
Débil
Crecía en estatura
Podía ser tentado
Nacimiento
Muerte
María es su madre según la carne o según su humanidad (Maternidad)

        Todo esto es teología básica. No creo que sea complicado. Por eso Pablo habla de la “ simplicidad” o de la “sencillez que es en Cristo” en 2 Corintios 11:3. En otras palabras, no se puede decir que “Dios se murió, Dios fue tentado, Dios se cansó, Dios tuvo hambre, Dios tuvo madre, o padre o crecía en estatura y conocimiento” porque tales afirmaciones no son consistentes con las Escrituras las cuales enseñan que Dios no tiene estas limitaciones físicas, sino que solo las tuvo como hombre (1 Timoteo 2:5). De hecho, hasta los arrianos como los falsos testigos de Jehová podrían usar ese mismo falaz silogismo para decir, “Dios no puede morir. Jesús murió. Entonces Jesús no es Dios.” ¿Cuál sería nuestra respuesta? Simple, la misma que la de los Padres más antiguos de la iglesia como Orígenes quien explicó en su Comentario del Evangelio de Juan, que Jesús, el Logos, murió según su humanidad o como hombre, pero no su persona divina la cual siguió viva después de su muerte corporal porque Dios no puede morir. Por tanto, aquellos que defienden dicho título espurio y de origen pagano van a tener problemas si no saben diferenciar entre la naturaleza humana y la naturaleza divina de la Persona de Cristo. A menos que crean en el monofisismo lo cual es una vieja herejía. Por eso un mejor silogismo válido seria: Dios no puede morir. Dios preparó un cuerpo para su eterno Hijo para que pudiera morir. Entonces Dios tomó forma de hombre para morir y luego su cuerpo fue resucitado.“

         Lo mismo aplica para su nacimiento, Jesús tuvo principio y nació de una mujer como hombre, es decir, según su humanidad porque como dice Juan 3:6, “Lo que es nacido de la carne, carne es…” y si se busca en el diccionario Strong ahí te va decir que la palabra “carne” se refiere a la naturaleza humana. Lo mismo enseña Romanos 1:3 donde la Biblia dice, “nuestro Señor, quien nació, como hombre, de la descendencia de David” en otras versiones de la Escritura también dicen, “su Hijo, quien según la naturaleza humana era descendiente de David.” O según la carne. Romanos 4:1 donde dice, “¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne

       El padre latino más antiguo, Tertuliano también confirma esto en su obra, “Sobre La Carne” y Orígenes en su Comentario al Evangelio de Juan citaban Romanos 1:3 que dice, “acerca de su Hijo, que nació de la descendencia de David SEGÚN LA CARNE” a los grupos gnósticos que negaban que Jesucristo nació o fue engendrado como hombre. ¿Por qué? Porque como dijo Juan, “lo que es nacido de la carne, carne es…” (Juan 3:6) mientras que en cuanto a su persona y naturaleza divina Hebreos 7:3 nos dice que Dios no tiene madre, ni padre, ni genealogía, ni principio de días, ni fin de vida.” En referencia a su divinidad o deidad pero como humano sí las tuvo.

        Por tanto, tanto la muerte como el nacimiento de Cristo tienen que ver con su naturaleza humana la cual recibió de Maria y no de su persona divina la cual ya preexistía antes de Su encarnacion y así lo explicaron los Padres más antiguos de la Iglesia y antes del Concilio de Éfeso. Por eso no tiene sentido llamar a María, madre de Dios porque como también dijo el filosofo cristiano, Agustín de Hipona, “Nuestro Señor Jesucristo fue tanto Dios como hombre, en su calidad como Dios no tenía madre, en su calidad de hombre sí, ella fue madre entonces de su carne, de su humanidad que por nuestro bien, Él tomó sobre sí.” (Agustín de Hipona, en su comentario de Juan 2:1-4, Tratado 8 y en el Tratado 119) donde por cierto y como dice el Dr. Alfonso Ropero a pesar de que Agustin veneraba a Maria NUNCA la llamó, “madre de Dios”.

            En sus Comentarios de Juan 19:24-30 (Tratado 119, capítulo 1), Agustin vuelve a repertir lo mismo diciendo, “Entonces, pues, al ir a hacer cosas divinas, rechazaba cual a una desconocida a la madre no de su divinidad, sino de su debilidad; ahora, en cambio, al padecer ya cosas humanas, con afecto humano encomendaba a esa de quien se había hecho hombre. En efecto, quien había creado a María, se daba entonces a conocer por su virtud; ahora, en cambio, lo que María había parido pendía en la cruz.” Aquí el mismo Agustin no solo vuelve y repite que Maria no es madre de Dios sino que también hace una distinción entre la doble naturaleza de Cristo, ósea, ¿qué fue lo que pario Maria? ¿su personalidad divina? No, porque según Agustin Jesus como Creador infinito ya prexistia antes de Maria y que lo que fue muerto en la cruz fue el cuerpo de Cristo en otras palabras lo que murió fue su naturaleza humana o su humanidad, no su persona divina.

         Además, según la lógica y según su definición y lingüísticamente hablando, una madre no existe después de su descendencia sino antes de sus hijos lo cual la hace madre porque da a la luz alguien que no existía antes que ella. Por eso María tampoco puede ser Madre de Dios ni de su persona la cual ya prexistía antes de María (Juan 1:1-3 y Colosenses 1:15-16). El mismo Jesús dio un argumento similar a este en Lucas 20:41-44 en donde le dice a los fariseos que, así como un hijo no puede existir primero que su padre o madre, una criatura tampoco puede existir antes de su Creador. Por tanto, es ilógico y antibíblico llamar a María, madre de Dios.        

¿QUÉ HAY DE LA BIBLIA?

              De hecho, si nos vamos a los comentarios bíblicos vamos a encontrar que muchos teólogos dicen que el término, “Madre de Dios” ni siquiera aparece en las Escrituras y que el pasaje de Lucas 1:43 leído en su texto original en griego dice, “Meter Kurios” y no “Meter Theos” y que por tanto no es lo mismo. Además de que la palabra “Señor” no siempre hace referencia a la deidad principalmente en Lucas 1:43 donde se habla según su contexto sobre la venida del Mesías lo cual para los judíos era solo un hombre ungido y enviado por Dios para libertarlos de la opresión del Imperio Romano y eso también se nota en la reacción de Elizabeth quien en vez de adorar al niño la vemos solo saludando a María lo que indica que ella no sabía que ese niño que María llevaba en su vientre no solo era el Mesías prometido sino también el Hijo de Dios encarnado. Hay que recordar que la revelación de Dios a sus discípulos fue progresiva y que si los mismos discípulos de Cristo todavía no tenían una revelación completa de la persona de Cristo como lo demuestra Juan 14 entonces mucho menos la tenía Elizabeth quien no tenía una revelación mayor que la de los apóstoles.

             Después de todo, la “m” de la palabra “madre” en Lucas 1:43 no está en mayúscula lo que demuestra que Elizabeth no usó la frase “la madre de mi Señor” como si fuera un título y si el mismo Jesús le dijo a sus discípulos que a nadie llamaran “padre” en el sentido religioso (Mateo 23:9) y no en el sentido carnal como de familia (Romanos 4:1) ¡Imagínate un título como el Padre de Dios o la Madre de Dios lo cual es un título que exalta más al hombre o en este caso a la mujer por encima del mismo Dios! Por eso, Job 32:21 dice, “ni usaré con hombre alguno de títulos lisonjeros.” De hecho, ni el mismo Jesús llamó a María, madre sino mujer lo cual es extraño porque María era su madre humana y según la carne. A menos que Jesús siendo el Dios omnisciente que Es trató de evitar llamarla de esa manera porque ya sabía de antemano que en el futuro los católicos y algunos evangélicos marianos la iban a llamar erróneamente de esa manera lo cual podría ser una posibilidad.

LOS PADRES DE LA IGLESIA

      En cuanto a los llamados “padres” de la iglesia, ninguno de los Padres Apostólicos llamó a María, “madre de Dios” y la gran mayoría de los demás padres antes del Concilio de Éfeso tampoco la llamaron así y el mismo hecho de que hubo un debate sobre este titulo en el año 431 demuestra que no todo cristiano dentro y fuera de la iglesia imperial estaba de acuerdo con este titulo mariano. De hecho, según el historiador Sócrates el Escolástico (380-440), el primer cristiano que supuestamente usó este título fue Origenes de Alejandria pero la única cita que usa Sócrates como “prueba” es el comentario de Romanos de Origenes . Sin embargo, como dice el experto en patrística, Roger Pearce, quien ha traducido varios escritos de los antiguos Padres incluyendo de Orígenes (Vea su libro, Orígenes de Alejandría), cualquiera que lea el Comentario de Romanos de Orígenes puede darse cuenta que dicho título no aparece en su Comentario de los Romanos ni en ninguno de sus escritos originales. De hecho, yo tengo los Comentarios al Evangelio de Juan de Orígenes en físico (y traducidas por la Dra. Patricia Ciner, especialista en la Patrística) en donde Orígenes habla mucho de cristología y en donde refuta el gnosticismo, el docetismo, el marcianismo, el valentinianismo y otros grupos heréticos que malinterpretaban la doble naturaleza de Cristo y más sin embargo tampoco menciona ese título en sus escritos. Juan Crisóstomo (347–407) quien fue un padre de la iglesia oriental y arzobispo de Constantinopla. Nació en la Antioquía de Siria y se llamó Juan; se le conocía como Chrysostomos (“boca de oro”) debido a su excelente habilidad para hablar tampoco lo utilizó y quizás eso explica porque Nestorio tampoco estaba de acuerdo con dicho titulo.

             Según muchos académicos aquellos que citan a Agustín de Hipona, Atanasio, Hipolito o Dionisio de Alejandría llamando a Maria, “madre de Dios” están citando textos espurios ya que tal título tampoco aparece en sus escritos originales (Vea Eduard Schwartz, Eine fingierte Korrespondenz mit Paulus dem Samosatener (Bayerischen Akademie der Wissenschaften, 1927) y así lo confirma el Dr. Alfonso Ropero quien dijo que Agustin: “Veneraba a Maria, pero nunca la llamo “Madre de Dios”. (Obras Escogidas de Agustin 1, Alfonso Ropero pag. 39, Editorial CLIE). Y aun si algunos de los Padres hubiesen llamado a Maria, “madre de Dios” pues algunos también la llamaron “la Virgen Perpetua” la realidad es que dicho título no aparece en la Biblia y tampoco en ninguno de los escritos de los Padres Apostólicos.

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ANTES, DURANTE Y DESPUES DE LA REFORMA PROTESTANTE

           La gran mayoría de los cristianos que se mantuvieron separados de la iglesia de Roma y quienes existieron mucho antes de la Reforma Protestante como los Anabaptistas tampoco usaron el título Madre de Dios mientras que, durante la Reforma Protestante, Martin Lutero, no solo sí la usó sino que también defendió la virginidad perpetua de María. Así que, si van a usar algunas de confesiones luteranas como “prueba” entonces tenga en mente que tales reformados como el mismo Lutero no solo usaban el título de Madre de Dios sino la de Virgen Perpetua. Por tanto, si van a decir que el título debe ser aceptado porque lo dijo Lutero o porque aparece en una Confesión reformada del siglo 16 o 17 y lo cual es mucho más tardío que el concilio de Éfeso entonces siguiendo esa misma lógica tendrían que aceptar también que María siempre fue virgen lo cual contradice las Escrituras. Aceptar un título y no la otra cuando eso es lo que enseña tu propia confesión seria caer en una doble moral. Además de ser también una falacia de petición de principio.

        Sin embargo, otros líderes reformados como Juan Calvino (fundador del calvinismo), John Wesley (fundador del metodismo) y Jacobo Arminio (padre del arminianismo) en su Articulo V, Tomo 1, p. 194, NUNCA usaron el título de madre de Dios. Al contrario, Wesley por ejemplo relacionó el culto a María con el título Madre de Dios (Obras de Wesley, Tratados Teológicos, Tomo VIII, Justo L. Gonzáles, p.209) mientras que Calvino le escribió una carta a una iglesia francesa en Londres el 27 de septiembre de 1552 diciendo que el título “solo servía para confirmar la ignorancia de sus supersticiones” (John Calvin, Epistle CCC to the French Church in London). La carta también se puede leer en la pagina de Logos Bible Software. Tanto el erudito, Dave Armstrong en su libro, “La María Católica, ¿Muy Contraria a la Biblia?, p.79) y el Dr. Thomas O’Meara de la universidad de Munich, escritor y profesor en el Aquinas Institute y la universidad de Notre Dame afirman que, “En ninguna parte Calvino llama a María, Theotokos ni Madre de Dios”. O’Meara también cita la carta que Calvino le escribió a la comunidad francesa de calvinistas en Londres el 27 de septiembre de 1552 en donde desaprueba el uso de dicho título.

                Quizás esto explica por qué en las Confesiones reformadas más posteriores como en la Confesión calvinista de Fe de Westminster de Londres y en los cánones de Dort tampoco aparece dicho título. Calvino ni siquiera se refiere a ella como el theotokos o la madre de Dios en su Comentario de Lucas 1:43 como hacen los que defienden dicho título ni en el resto de sus Comentarios bíblicos. Por esta razón es que muchos calvinistas (no solo el pastor calvinista Miguel Nuñez) como el famoso apologista reformado James White lo desaprueban también para ser consistentes con el calvinismo histórico y clásico. Por tanto, si nuestros opositores se consideran calvinistas, pero usan este título entonces están siendo inconsistentes con el calvinismo clásico e histórico. Pero si quieren negar este hecho histórico e insistir en que Calvino aprobó dicho título entonces tendrían la carga de prueba de demostrarlo con sus escritos. Si no pueden entonces solo están haciendo afirmaciones gratuitas y especulaciones sin pruebas por la obvia razón de que quieren justificar dicho título el cual el fundador de su propia teología tampoco aceptaba. O’Meara concluye diciendo que Calvino, “no rechaza explícitamente el Concilio de Éfeso la cual respeta pero el efecto el cual el título ha tenido en muchas vidas y por eso prefería otros títulos para María. James White describió este título como, “El término teológico más mal utilizado en todos lados.”  

               El gran traductor de nuestra Biblia, Reina Valera y pastor reformado, Casiodoro de Reina, tampoco lo incluyó en su primera confesión de fe para los españoles de Londres. Jacobo Arminio tampoco lo utilizó y Juan Wesley quien es considerado como el fundador histórico del movimiento metodista tampoco lo usó y hasta lo relacionó con la mariolatría. En los artículos de fe de nuestros hermanos pentecostales como Asamblea de Dios tampoco lo usan al igual que nosotros los Bautistas no reformados. Hoy en día la mayoría de los protestantes y evangélicos también desaprueban el título “Madre de Dios” (algunos dicen que la mayoría de los pentecostales aceptan el título lo cual no sé de dónde sacan esto porque yo fui pentecostal por muchos años y ellos no lo aceptan como tampoco la mayoría de sus apologistas) y esto incluye algunos calvinistas no solo el pastor reformado Miguel Nuñez quien sus propios colegas calvinistas lo tienen ya crucificado (solo falta que también lo quemen en la hoguera con madera verde como hizo Calvino con Servet) sino también otros como el famoso apologista calvinista, James White. A menos que nuestros opositores creen tener más formación teológica y filosófica que James White. La pregunta que nos hacemos es ¿acaso fueron todos estos protestantes y evangélicos incluyendo el mismo Juan Calvino, son gente ignorante, neófita, nestoriana y herética? ¿Había que sacar a Juan Calvino de la iglesia a patadas como dice Edgar Pacheco por rechazar el título madre de Dios? Dejaré que mi opositor responda a esa pregunta cuando le toque su turno.     

          Por tanto, si Jesús nunca llamó a María, “madre de Dios” (Mateo 12:46-50 y Lucas 11:27-28), ni sus apóstoles tampoco e incluso Pablo en sus epístolas habla de mucha cristología lo cual es su tema central sin embargo ni siquiera menciona el nombre de “María” y mucho menos el título “madre de Dios”. Ni ninguno de los Padres Apostólicos de la Iglesia y la gran mayoría de los padres de la Iglesia antes del concilio de Éfeso del 431 (como Agustín de Hipona), como tampoco la gran mayoría de los anabaptistas quienes existieron mucho antes de la Reforma protestante y algunos reformados como el mismo Juan Calvino (calvinismo), Jacobo Arminio (arminianismo) y John Wesley (metodismo) pues entonces yo creo que se puede decir que estamos en buena compañía. Como dice el Dr. Scot McKnight (PhD, Nottingham) La mayoría de los protestantes prefieren no usar este título porque conlleva a la mariolatría (Scot McKnight, The Real Mary).

“Premisa 1. Jesús es Dios. Premisa 2. María es madre de Jesús (que es Dios). Conclusión: María es madre de Dios.”

      Siguiendo ese silogismo entonces Ana,(supuesta madre de María) es la “Abuelita de Dios”, Jacobo (hermano o primo según el catolicismo) sería el Primo de Dios, David el “Padre de Dios” (debido a que a Jesús se le llama “Hijo de David”) y así sucesivamente hasta que formemos toda la familia de Dios. En otras palabras, este tipo de silogismo son nada más que falacias. Con respecto al silogismo que usó Cirilo de Alejandría para decir que “María es madre de Jesús, Jesús es Dios, Por tanto, María es madre de Dios o madre de la divinidad” es falaz porque ignora que en Jesús hay una doble naturaleza, en otras palabras, Jesús no es solamente Dios sino que también es hombre y que, además, le estas atribuyendo una propiedad o una característica humana que es la maternidad a la naturaleza equivocada.

Es el mismo error que usan los falsos testigos de Jehová cuando dicen, “Dios no puede ser tentado, Jesús fue tentado, entonces Jesús no es Dios” o “Dios no puede morir, Jesús murió, por tanto, Jesús no es Dios”. ¿Cómo respondemos a esta retórica? Sencillo, diciendoles que Jesucristo tiene dos naturalezas diferentes y que murió según la carne o según su humanidad o como hombre. No como Dios porque Dios no puede morir. Esa es la razón de su encarnación pues como Dios no podía morir. Lo mismo con su nacimiento, así como Jesús es hijo de David según la carne o como hombre (como dice la Biblia) o sea en el sentido humano por ende no es correcto llamar a David, Padre de Dios. De esa misma manera, Jesús es hijo de María según la carne o como hombre. No madre de Dios porque Dios es un espíritu y siempre ha existido y así lo explicaron también los Padres de la Iglesia antes del concilio de Éfeso en 431 como el mismo Agustín de Hipona quien dijo, “Nuestro Señor Jesucristo fue tanto Dios como hombre, en su calidad como Dios no tenía madre, en su calidad de hombre sí, ella fue madre entonces de su carne, de su humanidad que por nuestro bien, Él tomó sobre sí.” (Agustín de Hipona, en su comentario de Juan 2:1-4).

          En otras palabras, no es que en Cristo hay dos personas diferentes (nestorianismo) sino dos condiciones (una física que se cansa, tiene hambre y muere y otra divina que es eterna). Además, según su definición y lingüísticamente hablando, una madre no existe después de su descendencia sino antes de sus hijos lo cual la hace madre porque da a la luz alguien que no existía antes que ella. Por eso María tampoco puede ser Madre de Dios ni de su persona divina la cual ya prexistía antes que ella y “antes de todas las cosas” tal como enseña Hebreos 7:3; Juan 1:1-3 y Colosenses 1:15-16. Otra razón lógica por la que María no puede ser madre de Dios es porque como madre humana solo podía aportar la naturaleza humana de Cristo y no su naturaleza divina porque ella no tiene ni comparte esa misma naturaleza o elemento divino sino que solo puede producir otro ser humano (Juan 3:6).

Por eso Hebreos 7:3 dice de Jesús, “sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.” En otras palabras, y como explicaron los Padres más antiguos de la Iglesia, estas propiedades (nacer, maternidad, genealogía, principio de dias o fin de vida) solamente se le aplica a Jesucristo en su sentido humano, o como hombre. No como Dios porque como Dios, Jesús no tiene madre, ni padre, ni genealogía y tampoco principio de días pero sí según su carne o humanidad (Juan 3:6; Romanos 1:3 y 4:1).  

             Por tanto, es importante no confundir las dos naturalezas de Cristo porque hay una distinción (no separación) entre ambas naturalezas y así está registrado tanto en la Biblia como en la historia Patrística. A menos que tu creas que ambas naturalezas están entre mezcladas y que la humanidad fue absorbida por la divina lo cual se conoce como la herejía monofisista o a menos que creas que Jesús tuvo principio no solo como humano sino también como persona divina en el vientre de María lo cual también sería otra herejía que contradice Juan 1:1 y otros pasajes bíblicos que ya hemos leído y que demuestran que Jesús como persona divina o sea como Dios nunca tuvo comienzo o “principio de días” sino que siempre ha existido porque es eterno.  

“Si María no es madre de Dios entonces ¿qué llevaba María en su vientre o qué fue lo que nació de ella? Si Jesús es Dios en el vientre de su madre ¿entonces no se sigue que María parió a Dios y por ende es madre de Dios?” 

        María dio a luz una persona con dos naturalezas (Juan 1). Como dijo el mismo Calvino quien nunca usó dicho título, “El hombre engendrado en el vientre de María era a la misma vez el eterno Dios.” (Michael O’Carroll, Theotokos , p. 94) lo cual es consistente con Mateo 1:23 que dice, “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mateo 1:23) ¿Qué es lo que Maria va dar a luz o engendró? Note que el pasaje no dice “paridora de Dios” pues según los comentaristas bíblicos el término “teotókos” tampoco aparece en la Biblia sino que según el mismo Calvino y los Padres de la Igleia, María parió un ser humano o como dice la misma Biblia “un hijo” mientras que en Isaías 9:6, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado estará sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6). ¿A qué se refiere esas palabras, “un hijo” o “un niño”? Según los diccionarios bíblicos, tales palabras en el texto original se refieren a un ser humano.

De hecho, en el Antiguo Testamento también se usa esa misma expresión, “y dio a luz un hijo” en referencia a un ser humano. Por ejemplo, Sara concibió y dio a luz un hijo” (Génesis 21:2) y “Raquel dio a luz a un hijo y lo llamó José.” (Génesis 30). Pero Jesus no era solo un ser humano (Juan 1:14; 1 Timoteo 2:5 y 1 Juan 4:3) pues el verso sigue diciendo que su nombre significa, “Dios con nosotros” lo que indica que ese hombre no era solo un hombre (o el Hijo del Hombre que es un titulo usado para referirse a su humanidad) sino que también era Dios en la tierra o el Hijo de Dios (titulo divino) en la carne (Juan 1:1-3) por lo que ahí tenemos la unión hipostática. Por tanto, María era madre de Cristo “según su humanidad” o “según la carne” (estas son expresiones usadas en la misma Biblia, por los Padres, confesiones y hasta en los mismos concilios) lo cual tuvo un principio en el vientre de ella, pero no de Su Persona divina la cual siempre ha existido y es eterno (Juan 3:6,13 y Romanos 4:1).

       Por eso preferimos ser más bíblico y decir que María dio a luz al Hijo de Dios encarnado o como diría Pablo en 1 Timoteo 2:5 a “Jesucristo hombre” porque como persona divina Jesús ya preexistía antes de su encarnación y como lo demuestran sus Cristofanías del Antiguo Testamento. Por eso, Los Padres de la Iglesia como Tertuliano en su obra, Sobre la Carne de Cristo y Orígenes en su Comentario al Evangelio de Juan citaban Romanos 1:3 que dice, “acerca de su Hijo, que nació de la descendencia de David SEGÚN LA CARNE” a los gnósticos que negaban que Jesucristo nació o fue engendrado como hombre. ¿Por qué? Porque como dijo Juan, “lo que es nacido de la carne, carne es…” (Juan 3:6) mientras que en cuanto a su persona y naturaleza divina Hebreos 7:3 nos dice que no tiene padre, ni madre, ni genealogía, ni principio de días, ni fin de vida.” Como también lo explica, Agustín de Hipona quien vivió antes del Concilio de Éfeso (431) y quien según Alfonso Ropero nunca llamó a María Madre de Dios a pesar de que la veneraba, dijo que, “Nuestro Señor Jesucristo fue tanto Dios como hombre, en su calidad como Dios no tenía madre, en su calidad de hombre sí, ella fue madre entonces de su carne, de su humanidad que por nuestro bien, Él tomó sobre sí.” (Agustín de Hipona, en su comentario de Juan 2:1-4).

         Además, según su definición y lingüísticamente hablando, una madre no existe después de su descendencia sino antes de sus hijos lo cual la hace madre porque da a la luz alguien que no existía antes que ella. Por eso María tampoco puede ser Madre de Dios ni de su persona la cual ya prexistía antes de María sino solo de la carne de Jesús. Increíble que tengamos que explicarle esto también a algunos protestantes y no solo a los católicos.” El mismo Jesús dio un argumento similar en Lucas 20:41-44 en donde le enseña a los fariseos que, así como un hijo no puede existir primero que su padre o madre, una criatura tampoco puede existir antes de su Creador. Por tanto, es ilógico y antibíblico llamar a María, madre de Dios. 

         Como explica el Dr. Francisco Lacueva, el titulo madre de Dios no solo es extrabíblico sino inexacto puesto que lo que lo Maria llevaba en su vientre no solo era divino sino también humano y por eso un titulo mas correcto seria llamarla, madre del Hijo de Dios encarnado o simplemente madre de Jesús tal como dice la Biblia. Negar esto sería caer en la vieja herejía del docetismo, apolinarismo, valentinianismo, marcionismo y otros grupos heréticos del gnosticismo. En otras palabras, lo que se preparó en el vientre de María fue el cuerpo físico de Cristo, pero como Persona divina, Cristo no estuvo limitado o confinado en el vientre de ella porque Dios es eterno y omnipresente. Por eso Hebreos 10:5 dice, “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.” Note que aquí no dice personalidad o divinidad sino cuerpo. No porque Jesús quería tener una madre sino porque era la única forma de que podía morir por nuestros pecados.        

“Las madres paren personas y no naturalezas”

           Estamos de acuerdo, es decir, las madres paren una nueva persona sin embargo en el caso de Jesucristo, Él ya preexistía como la segunda persona divina de la Trinidad desde la eternidad pasada y antes de su encarnación y así mismo lo explica el apóstol Juan en Juan 1:1-3 y14. Así también lo demuestra sus Cristofanías del Antiguo Testamento (Filipenses 2:6-8). Por tanto, María como madre humana solo podía aportar la naturaleza humana de Cristo y no su naturaleza divina porque ella no tiene ni comparte esa misma naturaleza y porque lo que se formó en el vientre de María fue un cuerpo físico como sostiene Hebreos 10:5, “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.” Note que no dice personalidad ni divinidad (Vea Juan 1:1). En otras palabras, Jesús nunca dejó de ser una persona divina antes, durante y después de su encarnación y por eso el error de llamarla madre de su persona divina (o madre de Dios). Nosotros como criaturas finitas tenemos principio y empezamos a existir como persona humana o alma viviente en el momento de la concepción mas no así con Jesucristo que es el Creador infinito y prexistente del universo. Por eso el mismo Agustín de Hipona también dijo que María era madre de su humanidad y no de su divinidad.

                     Además de que, según su definición y lingüísticamente hablando, una madre no existe después de su descendencia sino antes de sus hijos lo cual la hace madre porque da a la luz alguien que no existía antes que ella. Por eso María tampoco puede ser Madre de Dios ni de su persona la cual ya prexistía antes de María sino solo de la carne de Jesús. Increíble que tengamos que explicarle esto también a algunos protestantes y no solo a los católicos.” El mismo Jesús dio un argumento similar en Lucas 20:41-44 en donde le enseña a los fariseos que, así como un hijo no puede existir primero que su padre o madre, una criatura tampoco puede existir antes de su Creador. Por tanto, es ilógico y antibíblico llamar a María, madre de Dios. 

Por tanto, el que usa el argumento falaz de “Una madre no da a luz una naturaleza humana sino a una persona” para defender el titulo pagano de Theotokos ignora que eso solo aplica para el hombre (criatura finita) y no para el Creador infinito, puesto que Jesús ya preexistía como segunda persona de la Trinidad de manera espiritual antes de su encarnación o nacimiento humano (Vea Juan 1:1-3,14 y Filipenses 2:6-8). Por tanto, no tiene sentido hablar de María como Madre de Dios pues la persona o naturaleza divina de Cristo no tiene creadores ni procreadores. 

¿ENTONCES CUÁL ES UN MEJOR TITULO PARA MARIA?

                       Bueno en primer lugar, ¿quién dijo que TENEMOS que darle un título a María cuando eso fue lo que precisamente condujo a muchos a la idolatría y cuando Job 32:21 nos manda a no usar “con hombre alguno de títulos lisonjeros.” Si el mismo Jesús y sus apóstoles nunca se refirieron a María con un título especial como el de “Madre de Dios” entonces ¿por qué nosotros tenemos que hacerlo? ¿Por qué? ¿Por qué lo dijo un concilio corrupto, herético y católico en el año 431? De hecho, ni el mismo Jesús llamó a María, “madre” sino “mujer” lo cual es extraño porque María era su madre humana y según la carne. A menos que Jesús siendo el Dios omnisciente trató de evitar llamarla de esa manera porque ya sabía de antemano que en el futuro los católicos y algunos evangélicos marianos la iban a llamar erróneamente de esa manera lo cual podría ser una posibilidad. De hecho, si Jesús le dijo a sus discípulos que a nadie llamaran “padre” en el sentido religioso (Mateo 23:9) y no en el sentido carnal como de familia (Romanos 4:1) ¡Imagínate un título como el Padre de Dios o la Madre de Dios lo cual es un título que exalta más al hombre o en este caso a la mujer por encima del mismo Dios!

           Y en segundo lugar, muchos protestantes que apoyan este título de “madre de Dios”, admiten que ese título no solo es ambiguo, impreciso e inexacto porque la palabra Dios no solo puede referirse al Hijo sino también al Padre, al Espíritu Santo o a toda la Trinidad sino también porque le atribuye un atributo o característica humana a la naturaleza equivocada. Pero si tanto quieren un título para María entonces por que no usan el de “madre de Jesús” la cual sí es bíblico. Como dice el Dr. Francisco Lacueva y con esto concluyó, “Ni en los evangelios ni en las epístolas nunca nunca nunca se le llama a la virgen, “madre de Dios” porque si llamamos a María, “madre de Dios”, diciendo solo Dios estaríamos poniendo a la naturaleza divina sin concretar persona de modo que más exacto sería, “madre del Hijo de Dios encarnado” pues de la misma manera que en Romanos se dice, “del cual desciende de los patriarcas según la carne” también se puede decir hijo o madre del Hijo de Dios según la carne. Entonces ya la dificultad está solucionada. Así que, ya saben, siempre siempre siempre se le llama a María, “madre de Jesús” porque la palabra Jesús enfatiza la parte humana del Hijo de Dios encarnado, así como la palabra Cristo enfatiza su función mesiánica. Por tanto, cuando decimos Jesús leemos sobre todo al hombre y cuando decimos Cristo tenemos al Mesías y cuando decimos el Hijo de Dios vemos su naturaleza divina.”

CONCLUSION

         En fin, el problema principal con el título, “madre de Dios” o “portadora de Dios” es que deja fuera la humanidad de Cristo y aplica una característica humana (maternidad) a la naturaleza equivocada (divinidad). Por eso muchos de los herejes que negaban la humanidad de Cristo durante el concilio de Efeso como los monofisistas, apolinarios o docetistas no tenían problema en aceptar este título. Sin olvidar que es la Biblia la que define a Cristo y no los concilios católicos las cuales surgieron más de 400 años después de la fundación del cristianismo y que históricamente ha conducido a muchos a la idolatria. A menos que para estos protestantes y evangélicos marianos la Biblia no es suficiente. Quizás lo que realmente vemos hoy son cirilianos, que nestorianos.

REFUTANDO OTROS ARGUMENTOS MARIANOS 

LA ORACION MARIANA (SUB TUUM PRAESIDIUM) 

La oración mariana del sub tuum praesidium de un antiguo testimonio escrito de Egipto dice: Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita” (Liturgia de las Horas). En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión, Theotokos, “Madre de Dios”.

           Sin embargo, hay varios problemas con apelar a este tipo de papiro egipcio. La primera es que inicialmente se dijo que esta oración mariana era del siglo III sin embargo muchos papirólogos ahora están poniéndole una fecha más tardía como del siglo 5 al 8 y las razones que dan se basa en el color de la tinta y el análisis de comparación de textos. La segunda es que el hecho de que este papel sea un documento antiguo no significa que su contenido sea verdadero pues eso sería apelar a una falacia lógica llamada argumento ad antiquitatem (también llamado apelación a la tradición) la cual consiste en afirmar que, si algo se ha venido haciendo o creyendo desde hace tiempo, entonces es que está bien o es verdadero y el mismo hecho de que es una oración o rezo dirigido a María (si es que se refiere a ella porque la oración no menciona su nombre y es anónima y algunos piensan que hasta podría referirse a la diosa Isis, la madre de dios Horus) demuestra que no es válido porque solo se puede orar a Dios. De hecho, mi opositor protestante ni siquiera cree que se puede orar a María y hace memes burlándose de los cultos a María por lo que no tiene sentido y está siendo contradictorio en usar una oración mariana a su favor.

          Por tanto, si este documento fuera del siglo III lo único que demostraría este documento es que el término “theotokos” fue usado primero por los paganos y si realmente se refiere a María entonces sigue siendo inválida ya que viola las Escrituras las cuales no enseñan esta práctica de orar a María y porque afirman que hay “un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” (1 Timoteo 2:5). En otras palabras, hay cientos de ejemplos de oraciones en la Biblia y ninguna es dirigida a una Madre celestial sino al Padre nuestro que está en los cielos (Mateo 6:9-13). De hecho, hay un documento mariano más antiguo que el Sub tuum praesidium y esa se encuentra en Lucas 11:27-28 donde dice, “Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que te criaron.” Sin embargo, Jesus le respondió diciendo, “Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.”   

https://www.digitalcollections.manchester.ac.uk/view/MS-GREEK-P-00470/1

“Si niegas el título, “Madre de Dios” entonces eso te puede conducir a caer en ciertas herejías.”

           Sin embargo y en primer lugar, dicho argumento apela a la falacia del efecto dominó denominada también como pendiente deslizante (lo cual es una falacia que argumenta que una acción determinada provocará o iniciará una cadena de eventos que culminarán en un evento posterior predecible, sin establecer o cuantificar las contingencias relevantes y así despertar la paranoia y el miedo en los receptores). Además, ¿No será al revés? De hecho, para John Wesley (fundador del metodismo) y Juan Calvino (fundador del calvinismo) es todo lo contrario. John Wesley por ejemplo relacionó el culto a María con el título Madre de Dios (Obras de Wesley, Tomo VIII, Justo L. Gonzáles, p.209) mientras que Calvino le escribió una carta a una iglesia francesa en Londres el 27 de septiembre de 1552 diciendo que el titulo “solo servía para confirmar la ignorancia de sus supersticiones” (John Calvin, Epistle CCC to the French Church in London, Calvin, Lettres anglaises, Paris: Berger-Levrault, 1959, pp. 180-181). La carta también se puede leer en la página de Logos Bible Software.

          El Dr. Thomas O’Meara de la universidad de Munich, escritor y profesor en el Aquinas Institute y la universidad de Notre Dame afirman que Calvino, “no rechaza explícitamente el Concilio de Éfeso la cual respeta pero el efecto el cual el titulo ha tenido en muchas vidas y por eso prefería otros títulos para Maria. El famoso apologista calvinista, James White también describió este título como, “El término teológico más mal utilizado en todos lados.” y tuvieron razón porque si nos vamos a la historia el mismo Cirilo de Alejandría usó la cristología para apoyar la mariolatría lo cual queda evidenciado en su propia liturgia y homilía donde exalta primera y mayormente a María más que a Jesucristo mismo. En la homilía que Cirilo de Alejandría pronunció en el Concilio de Éfeso, fue dirigido a la Madre de Dios con alabanzas como éstas:

Salve, María, Madre de Dios, veneradísimo tesoro de todo el orbe, antorcha inextinguible, corona de la virginidad, trono de la recta doctrina, templo indestructible, habitáculo de aquel que no puede ser contenido en lugar alguno, Virgen y Madre por quien se nos ha dado el llamado en los Evangelios bendito el que viene en nombre del Señor. Salve, tú que encerraste en tu seno virginal al que es inmenso e inabarcable. Tú, por quien la Santísima Trinidad es adorada y glorificada. Tú, por quien la cruz preciosa es celebrada y adorada en todo el mundo. Tú, por quien exulta el cielo, se alegran los ángeles y arcángeles, huyen los demonios, por quien el diablo tentador fue arrojado del cielo, y la criatura, caída por el pecado, es elevada al cielo…¿Quién de entre los hombres será capaz de alabar como se merece a María, digna de toda alabanza? Es Virgen y Madre: ¡qué maravilla! Este milagro me llena de estupor. ¿Quién oyó jamás decir que al constructor de un templo se le prohíba entrar en él? ¿Quién podrá tachar de ignominia a quien toma a su propia esclava por Madre? Nosotros hemos de adorar y respetar la unión del Verbo con la carne, hemos de tener temor de Dios y dar culto a la Santa Trinidad, hemos de celebrar con nuestros himnos a María, la siempre Virgen, templo santo de Dios, y a su Hijo, el Esposo de la Iglesia, nuestro Señor Jesucristo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”

https://www.aciprensa.com/recurso/3099/homilia-de-san-cirilo-de-alejandria

          En su Homilía IV, Cirilo de Alejandría también dijo, Veo una asamblea resplandeciente de santos, que se han reunido todos ansiosamente, llamados por la santa Madre de Dios, María, la Virgen Eterna. Pues aunque vivo con mucha pena, la llegada de los santos padres me ha traído alegría. Ahora se ha cumplido en nosotros la dulce palabra del escritor de himnos, David: Mirad qué bueno y qué agradable es que los hermanos habiten juntos en la unidad. Salve de nosotros, la santa y mística Trinidad, que nos convocó a todos en esta santa iglesia de María, Madre de Dios. Salve de nosotros, María, Madre de Dios, el venerable tesoro de todo el mundo, la inextinguible flama, la corona de la virginidad, el cetro de la ortodoxia, el templo indisoluble, el lugar para lo infinito, la Madre y Virgen; por quien el que viene en el nombre del Señor es llamado bienaventurado en los santos Evangelios.” (Susan Wessel, Cirilo de Alejandría y la Controversia Nestoriana, La Formación de un Santo y de un Hereje). Todo demuestra que este concilio católico de Éfeso era más mariológico que cristológico.   

           No solamente eso, una vez Nestorio fue condenado como “hereje” los mismos efesios salieron a la calle no para gritar, “Viva Cristo el Rey o viva la Unión Hipostática” sino “Viva la Virgen María que sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios” lo cual es la misma retórica que usan los que defienden este título y lo cual suena también similar a lo que también gritaban los efesios en Hechos 19:28, “¡Grande es Diana de los efesios!”. Este mismo gentío de la ciudad que portaba antorchas encendidas también hicieron una gran procesión cantando: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”. De hecho, este mismo Concilio de Éfeso hasta le había dedicado una iglesia no a Jesus sino para la Virgen María la cual sirvió como catedral, la sede del obispo de Éfeso y como lugar de reunión para el Consejo del 431. Esta “Iglesia de María” (llamada también Iglesia de los Consejos) del Concilio la cual ha sido visitada por papas como Juan Pablo II (encubiertos de pedófilos) tiene una inscripción de Hipatio, obispo de Éfeso (530) que dice, “La santísima iglesia de la santísima y gloriosa Madre de Dios y siempre virgen María”.

             Y según las mismas fuentes católicas, desde que se declaró a María, la madre de Dios en este concilio, el culto a María aumentó en gran manera a través de iconografías, fiestas en su honor, cultos, iglesias dedicadas a ella (incluyendo la misma iglesia del Concilio de Éfeso), rezos y con más títulos antibíblicos como el de Madre de la Iglesia, Madre de la Trinidad, Esposa del Espíritu Santo, María Inmaculada, Reina del Cielo, Puerta del Cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, entre muchos otros títulos extra y antibíblicos. Hasta la misma Enciclopedia Católica y la página Catholic.net admiten esto. El historiador secular, José Andrés Cervantes López, también confirma esto en su libro, El Verdadero Origen de la Iglesia Católica Romana, pp.151-152. Por eso el también historiador, teólogo, profesor y erudito en el Nuevo Testamento, el Dr. Scot McKnight (PhD, Nottingham) también está de acuerdo de que la mayoría de los protestantes prefieren no usar este título porque conlleva a la mariolatría (Scot McKnight, The Real Mary).

              Sin olvidar que la doctrina de la virginidad perpetua de María (la cual también fue defendida por Cirilo de Alejandría) también fue establecida por este mismo Concilio y reafirmada en el Concilio de Letrán del año 649; donde se enfatizó el triple carácter de: «antes, durante y después del nacimiento de Cristo». Cirilo hasta dijo que, “[L]a Palabra en sí misma, vino a la Bienaventurada Virgen en su ser, asumiendo por sí mismo su propio templo de la sustancia de la Virgen y naciendo de ella un hombre en todo lo que externamente podría discernirse, mientras que internamente era el Dios verdadero. Por esto, él mantuvo a su Madre virgen después del parto. (Contra aquellos que no desean confesar que la Santa Virgen es la Madre de Dios 4 [430 D.C.]). Ahora bien, no sabemos si nuestros amigos protestantes también creen en esta doctrina mariana lo cual también fue parte de ese concilio, pero ¿notan la falacia non sequitur que comete Cirilo de Alejandría? En otras palabras, así como usó la cristología para defender el título de Madre de Dios también usó la cristología para defender el título de la Virgen Perpetua o la Virgen Eterna. De hecho, muchos apologistas católicos y ahora evangélicos marianos hacen lo mismo con el título, María Inmaculada diciendo que eso no tiene nada que ver con mariología sino con cristología.  

          Así que, si van a apelar al concilio catolico de Efeso entonces por favor que cuenten la historia completa y si vas a decir que el titulo católico de “Madre de Dios” debe ser aceptado porque el concilio católico de Éfeso lo dice o sino quedas anatemizado, pero a la misma vez no aceptas el otro título de “Virgen Perpetua” entonces no solo estas cayendo en una falacia de petición de principio (razonamiento circular) y evidencia incompleta (cherry picking) sino también en una doble moral donde seleccionas solo lo que te conviene de dicho concilio herético

Después de todo, ¿cómo podemos nosotros los cristianos evitar caer en estos tipos de herejías o errores teológicos? Bueno simple, para eso tenemos la Biblia que es la revelación completa de Dios (Apocalipsis 22:18-19), nuestra autoridad final en cuanto a doctrina, práctica y fe se refiere (2 Timoteo 3:16-17) y la que define la naturaleza de Cristo (Hechos 17:11). No los concilios. Como dijo el apóstol Pedro “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,” (2 Pedro 1:19-21). Digo, a menos que nuestros opositores no crea en la suficiencia de las Escrituras (Juan 20:30-31) y que hay que acudir a un concilio corrupto y herético que surgió más 400 años después de la fundación del cristianismo. El otro problema es que dicho argumento apela a una falacia non sequitur pues ¿cómo vamos a caer en herejía usando el título “madre de Jesús” (Christotókos) si ese es el título que aparece en las Escrituras? (Juan 2:3 y Hechos 1:14 por ejemplo). Que por cierto, esta es la última vez que se menciona a María porque de aquí en adelante, los apóstoles siguen enseñando cristología sin mencionar ni siquiera el nombre de María y mucho menos el título de madre de Dios.  

“Lucas 1:43 enseña que usar el título Madre de Dios es bíblicamente correcto.” 

        A ver, “madre de mi Señor” (meter kurios) no es lo mismo que Madre de Dios (meter theos) y “En Lucas 1:43 tampoco dice “Madre” en mayúsculas sino “madre” con la m pequeña (minúscula). Por tanto, Isabel no estaba usando una frase como un título. Además, ni María y ni los discípulos todavía no entendían el concepto de la Trinidad o de la deidad de Cristo hasta poco antes de la crucifixión como lo demuestra Juan 14:9. Hasta pensaban que Jesus los iba librar del imperio romano. La revelación fue gradual, Elizabeth no tuvo mayor revelación que Pedro quien no le dijo a Jesús “tú eres el Dios viviente” sino que solo alcanzó a recibir la revelación de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Fue hasta Tomás quien posterior a la resurrección se refiere a Jesús como “mi Señor y mi Dios”. Pero antes de eso no se había dado tal revelación. Por tanto, si Elizabeth no tuvo mayor revelación que Pedro y Pedro no tuvo mayor revelación que Tomás entonces no podemos suponer que Elizabeth estaba hablando de la divinidad de Jesús. 

             Además, dicho argumento apela a una falacia de ambigüedad y de equívoco pues la palabra “Señor” (en griego Kurios) no siempre significa Dios como lo demuestra el diccionario Strong 2962, los Comentarios Biblicos y Lucas 13:8; 16:5 donde se usa la misma palabra pero con un significado diferente que no es la misma que Dios. Otro ejemplo, se encuentra en Hechos 2:36 donde dice, “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Ahora bien, aquí se usa de nuevo la misma palabra (Kurios) por tanto no puede significar “Dios” porque entonces estaría diciendo que “lo ha hecho Dios” lo cual no es correcto porque se entendería que Jesús no siempre fue Dios lo cual sería una herejía ya que lo es desde la eternidad. De hecho, las mismas palabras de Tomás quien dijo “Mi Señor y mi Dios” demuestran que la palabra Dios (Theos) y Señor (Kurios) no siempre significa lo mismo Dios. Si Kurios (Señor) siempre significa Dios entonces las mismas palabras de Tomás no tendrían sentido ya que estaría diciendo, “Mi Dios y mi Dios” lo cual no suena lógico. Por tanto, cuidado con la falacia de equívoco y de ambiguedad.  

        Además, la intención de Isabel en su contexto de Lucas 1:43 no era para referirse a Jesús como Dios sino como el Mesías prometido que esperaban los judíos y quienes no sabían que Jesús era Dios. Esto explica el porque Isabel no reacciona en forma de adoración al niño sino que solo saluda a su madre con gran admiración lo que también indica que ella no sabía que el mismo Dios y Creador del universo estaba en su propia casa. Esto no debería sorprender a ningún cristiano que lee su Biblia pues la Biblia también enseña que ha habido cristianos que le han dado hospedaje a los ángeles sin ellos saberlo (Hebreos 13:2). Si ella hubiese sabido eso y siendo una mujer muy creyente y devota de seguro hubiese caído postrada en tierra como hicieron Manoa y su mujer cuando vieron una Cristofanía (aparición visible y pre-encarnada de Cristo en forma humana) en Jueces 13. Por tanto, Dios no tiene la obligación de revelar su identidad a toda criatura. De hecho, esta fue una de las razones por la que Jesús hablaba en parábolas a sus discípulos durante su ministerio terrenal porque si todo el mundo hubiese sabido que Jesús era Dios entonces nadie lo hubiera crucificado y nadie tendría salvación. Como dijo Pablo, “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta ….la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.” (1 Corintios 2:7-8).

           Por tanto, Isabel simplemente estaba profetizando que María era madre del Señor de Israel, es decir, el rey y Mesías, no Madre de Dios lo cual está claro en el contexto de los primeros capítulos del evangelio de Lucas. Así que, el texto que citan no se refiere a la deidad de Cristo sino a su identidad como el Mesías (Ungido) prometido (Vea por ejemplo Lucas 1:31-33). Los académicos están de acuerdo de que la palabra “señor” no siempre se refiere a deidad con esto lo cual puedes ver a través de comentarios bíblicos como en Biblehub.com.  

      Sin olvidar que ni siquiera Jesús mismo la llamaba “madre” sino “mujer” y dio testimonio de que la relación física con ella era de menor importancia que la espiritual (Vea Mateo 12:46-50; Lucas 2:48-50 y 11:27-28) pues más claro no puede ser. De hecho, cuando la Biblia se refiere a Jesús como “hijo de David” en Mateo 22:41-46, Jesús dejó en claro que no por eso se debería de considerar que David era padre de Jesús, el Mesías. Se puede plantear lo mismo con respecto a Lucas 1:43, es decir, si María lo llama “Señor” ¿cómo puede ser hijo suyo en el sentido divino? Si los católicos fueran más entendidos que los fariseos este versículo bastaría para que dejaran de llamar a María “Madre de Dios”. Por tanto, la humanidad de Jesús es descendiente de David (Romanos 1:3) pero su deidad no tiene padre ni madre ni genealogía (Hebreos 7:3). En fin, ni siquiera Calvino se refiere a ella como el theotokos o la madre de Dios en su Comentario de Lucas 1:43 como hacen los que defienden dicho título ni en el resto de sus Comentarios bíblicos. Como afirma el Dr. Thomas O’Meara de la universidad de Munich, escritor y profesor en el Aquinas Institute y la universidad de Notre Dame, “En ninguna parte Calvino llama a María, Theotokos ni Madre de Dios”. O’Meara también cita la carta que Calvino le escribió a la comunidad francesa de calvinistas en Londre el 27 de septiembre de 1552. Por esta razón muchos calvinistas como el famoso reformado James White lo desaprueban también para ser consistentes con el calvinismo histórico y clásico. Pero si quieren negar este hecho histórico e insistir en que Calvino aprobó dicho título entonces tendrían la carga de prueba de demostrarlo con sus escritos. Si no pueden entonces solo están haciendo afirmaciones gratuitas y especulaciones sin pruebas por la obvia razón de que quieren justificar dicho título el cual el fundador de su propia teología calvinista tampoco aceptaba. 

“Calvino creía en el título de Madre de Dios al llamarla madre del Señor y porque condenó a Nestorio.” 

         RESPUESTA: ¿En qué documento Calvino llama a Maria, madre de Dios? EN NINGUNA. De hecho, el neocalvinista comete lectura selectiva (falacia de evidencia incompleta o Cherry picking) pues ignora o les oculta a sus seguidores otros escritos de Calvino como la carta que le envió a una iglesia francesa en Londres donde desaprueba dicho título y en la que afirma que “solo servía para confirmar la ignorancia de sus supersticiones” (John Calvin, Epistle CCC to the French Church in London). Quizás esto explica porque en sus escritos como en su Comentario de Lucas 1:43 y en las confesiones reformadas más posteriores no aparece dicho título como en la Confesión calvinista de Westminster y en los cánones de Dort. Además, en esa cita, Calvino no usa el término “Madre de Dios” sino que condena a Nestorio y reconoce la encarnación sin aprobar el término pues “madre del Señor” (Meter Kurios) lo cual no es lo mismo que “Madre de Dios” (Meter Theou). Sin olvidar que Calvino era muy seguidor de Agustín de Hipona pues lo citas varias veces en sus Instituciones por lo que Calvino tenía que tener conocimiento de los escritos de Agustín quien nunca uso dicho titulo y quien también dijo que María no era madre de la deidad de Cristo sino solo de su humanidad. Calvino tuvo que haber sabido esto y por eso no se refiere a María como la “Madre de Dios” no solo porque sabía que tratarla de esa manera puede conducir a la mariolatría la cual condenaba sino porque también sabía que eso contradeciría los escritos de Agustín de Hipona quien él admiraba y seguía.   

“Pero San Agustín dijo en “De Trinitate” (I, 13), que “Aquella unión fue tal que hizo a Dios hombre y al hombre Dios. Pero la Virgen engendró al hombre, y por tanto engendró también a Dios. Ergo, es madre de Dios.”

       He buscado esa cita en dicha obra de Agustín y no la encuentro. Además, es bastante extraño que Agustín haya usado ese título de “Madre de Dios” en ese escrito pues no solo no lo usa en muchos de sus otros escritos donde habla de cristología sino que también murió en el año 430, es decir, antes de que se usara por primera vez ese título en el concilio de Éfeso (431) donde el marianismo alcanzó nuevos niveles al poner a María en una posición más alta que a la misma Trinidad. De hecho, los mismos católicos admiten que en la iglesia de Agustín la cual se encontraba en el Norte de África ni siquiera se celebraba un día festivo en honor a María en ese tiempo y que Agustín nunca usó dicho título en sus obras. Tampoco es posible que lo haya usado porque siempre se refirió a María como “la madre, no de su divinidad sino de su humanidad.” (NPNF1: Vol. VII, Tractate, John, Tractates CXX, John 19:24-30). 

       Por tanto, podría ser falsa su referencia lo cual no sería nada nuevo pues algunos marianos también han dicho que en el Sermón 208 de Agustín se usa la expresión “Madre de Dios” cuando ya se ha probado que eso es falso pues ese título mariano tampoco aparece en las copias originales de los “Sermons on Liturgical Seasons” de Agustín, ni en el “Glories of Mary” de Alfonso de Liguori donde se provee la misma cita del Sermón 208 en el Latín original y muchos sugieren que fue escrita después de la vida de Agustín. En la Patrística por ejemplo podemos encontrar “Madre de mi/nuestro/el Señor” (Mater Domini) o “María, por gracia madre del Hijo de Dios” (María ex gratia mater Filii Dei) pero no “Madre de Dios” (Mater Dei) y lo de “María ex gratia mater Filii Dei” solo aparece en el encabezamiento del Sermón 291 pero tampoco es parte del Sermón pues se cree que Agustín realmente no escribió ese encabezamiento. Agustín simplemente nunca utilizó el “Dei genitrix” o “Deipara” los cuales son el equivalente en latín para el griego “Theotokos” sino que siempre se refirió a María como la “madre del Señor” o “madre del Salvador” además de que el Dr. Alfonso Ropero tambiena firma que Agustin nunca la llamó, “Madre de Dios” en su libro, Obras Escogidas de Agustin de Hipona. 

           Después de todo, en su totus Christus y Sermón 72ª.7 se muestra que Agustín vio a María solo como parte de la Iglesia y no por encima de ella y mucho menos por encima de la Santa Trinidad como hizo Cirilo de Alejandría en el concilio de Éfeso. Nunca se refirió a ella como intercesora, ni como un canal para orarle o rezarle, sino que siempre dejó claro que Jesús era el Único Mediador entre Dios y los hombres. Solo recomendaba a María como un perfecto ejemplo de la vida cristiana y para elevar la dignidad de la mujer (Sermón 190.2). Por tanto, el interés de Agustín por la maternidad de María siempre fue Cristocéntrica a diferencia del concilio de Éfeso que era mariolátrica. 

“La iglesia de Éfeso no era una iglesia católica sino una columna y baluarte de la verdad porque fue dirigido por el Espíritu Santo.” 

         RESPUESTA: En primer lugar, Cirilo de Alejandría no solo usó el prejuicio, la violencia y el soborno para que saliera victorioso en el Concilio de Éfeso del año 431 lo cual ya invalida la decisión del concilio, sino que también que promovió la doctrina falsa de la virginidad perpetua de María y sus homilías y liturgias promueven la idolatría y no la cristologia. De hecho, una vez Nestorio fue condenado como “hereje” los mismos efesios salieron a la calle con antorchas encendidas para gritar, ““Viva la Virgen María que sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios” lo cual es la misma retórica que usan los que defienden este título y lo cual suena también similar a lo que también gritaban los efesios en Hechos 19:28, “¡Grande es Diana de los efesios!”. Este mismo gentío de la ciudad que portaba antorchas encendidas también hicieron una gran procesión cantando: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

De hecho, este mismo Concilio de Éfeso hasta le había dedicado una iglesia no a Jesus sino para la Virgen María la cual sirvió como catedral, la sede del obispo de Éfeso y como lugar de reunión para el Consejo del 431. Esta “Iglesia de María” (llamada también Iglesia de los Consejos) del Concilio la cual ha sido visitada por papas como Juan Pablo II (encubridor de pedófilos) tiene una inscripción de Hipatio, obispo de Éfeso (530) que dice, “La santísima iglesia de la santísima y gloriosa Madre de Dios y siempre virgen María”. Sin olvidar que las mismas fuentes católicas (como la Enciclopedia Católica y la página Catholic.net ) admiten que, desde que se declaró a María, la madre de Dios en este concilio, el culto a María aumentó en gran manera a través de iconografías, fiestas en su honor, cultos, iglesias dedicadas a ella (incluyendo la misma iglesia del Concilio de Éfeso), rezos y con más títulos antibíblicos como el de Madre de la Iglesia, Madre de la Trinidad, Esposa del Espíritu Santo, María Inmaculada, Reina del Cielo, Puerta del Cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, entre muchos otros títulos extra y antibíblicos. El historiador secular, José Andrés Cervantes López, también confirma esto en su libro, El Verdadero Origen de la Iglesia Católica Romana, p.151-152. Por eso el también historiador, teólogo, profesor y erudito en el Nuevo Testamento, el Dr. Scot McKnight (PhD, Nottingham) también está de acuerdo de que la mayoría de los protestantes prefieren no usar este título porque conlleva a la mariolatría (Scot McKnight, The Real Mary). Por tanto, si la Biblia dice que por sus frutos los conoceréis porque un árbol bueno no puede dar malos frutos y este concilio dio malos frutos en vez de buenos entonces eso demuestra que no pudo venir de Dios, ni dirigido por el Eespíritu Santo (Mateo 7).

Decir que Roma no tuvo nada que ver también es falso puesto que tanto Nestorio como Cirilo apelaron primero al papa Celestino I de Roma quien apoyó a Cirilo y fue el que ratificó la condena de Nestorio para que luego fuera “ecuménico” el concilio. Todos eran católicos en el sentido de universal, pero Roma tenía el primado de honor, lo cual, aunque no era de jurisdicción universal como el papado reclamó después, era suficiente para que ratificara los concilios y porque era la que ratificaba los concilios ecuménicos porque era la primera sede de la pentarquía (Las 5 sedes las cuales eran Roma, Alejandría, Antioquia, Constantinopla y Jerusalén). Además, para el año 431 ya estaba formada una iglesia imperial con el nombre eclesiástico de iglesia “católica”.

           No como describe Ignacio de Antioquía a todos los cristianos en el sentido universal (calificativo) sino con el nombre eclesiástico que le puso el emperador Teodosio el “Grande” y quien persiguió no solo a los paganos sino también a los cristianos separatistas de otras iglesias independientes y autónomas como los montanistas, donatistas, paulicianos, novacianos, cátaros y otros grupos anabaptistas porque no quisieron unirse a esta religión oficial del estado ni querían reconocer su autoridad. Como evidencia están las crónicas antiguas del Edicto de los Emperadores Graciano, Valentiniano II y Teodosio I del 27 de febrero del año 380 que estableció el catolicismo romano como la religión oficial del estado. En otras palabras, siempre ha habido iglesias cristianas antes y aparte de la falsa iglesia de Roma por lo que la división no empezó con Martin Lutero en su Reforma Protestante del 1517 sino en los concilios convocados por estos emperadores romanos de la cual los cristianos separatistas nunca quisieron formar parte. Ya con el hecho de que esta iglesia era mandada por emperadores y que tenía una unión político-eclesiástico demuestra que estaba muy alejada de los principios bíblicos de la iglesia primitiva las cuales creían en la libertad de culto y en la separación de iglesia y estado. 

                Segundo esta iglesia imperial ya había cambiado el bautismo de creyentes por el bautismo de infantes y la salvación por gracia por una salvación bautismal las cuales eran completamente desconocidas para las verdaderas iglesias del Nuevo Testamento (David Rees, Infant Baptism no institution of Christ, 1734, preface, pag.5). También creían en el papado, ya que, en ese tiempo, esta iglesia católica tenía un papa que era Celestino quien fue el que condenó a Nestorio durante el concilio de Éfeso y que también ya sostenía algunas doctrinas marianas como la virginidad perpetua de María como también ya estaban empezaban a hacerle oraciones a María lo cual es una doctrina distintiva de la iglesia católica romana. De hecho, el concilio de Éfeso tenía una iglesia dedicada a María. Por tanto, no estamos hablando de una iglesia santa, sin mancha y columna y baluarte de la verdad sino de una falsa iglesia corrupta y herética. Hasta los teólogos antiguos como Jerónimo de Estridón (340-420) de la iglesia post-Constantino refutan a Pacheco pues admitieron que, “Después de la paz constantiniana, la iglesia [refiriéndose a la iglesia católica romana] creció en riqueza y en poder, pero se empobreció en virtudes.” (Historia de las religiones, de Antonio Bentué, págs. 191 y 192). Lo mismo decía, el pastor Hipólito de Roma (170-235), Agustín de Hipona, San Bonaventura, Patrarca y muchos otros cristianos tanto dentro como fuera de la iglesia católica romana.  

Mateo 1:23 enseña que Maria fue portadora de Dios o madre de Dios con nosotros por ende es correcto llamarma, Madre de Dios.” 

       Esto es hacer malabarismos hermenéuticos pues el evangélico mariano lee, “Y dará a luz” y luego da un salto olímpico a la parte donde dice, “Dios con nosotros” en vez de seguir leyendo el versículo completo. Mateo 1:23 dice, “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mateo 1:23) ¿Qué es lo que Maria va dar a luz? “un hijo” mientras que en Isaías 9:6, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado estará sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6). ¿A qué se refiere esas palabras, “un hijo” o “un niño”? Según los diccionarios bíblicos, tales palabras en el texto original se refieren a un ser humano. De hecho, en el Antiguo Testamento también se usa esa misma expresión, “y dio a luz un hijo” en referencia a un ser humano. Pero Jesus no era solo un ser humano (Juan 1:14; 1 Timoteo 2:5 y 1 Juan 4:3) pues el verso sigue diciendo que su nombre significa “Dios con nosotros” lo que indica que ese hombre no era solo un hombre (o el Hijo del Hombre que es un titulo usado para referirse a su humanidad) sino que también era Dios en la tierra o el Hijo de Dios (titulo divino) en la carne (Juan 1:1-3) por lo que ahí tenemos la unión hipostática. Por tanto, María era madre de Cristo “según su humanidad” o “según la carne” lo cual tuvo principio en el vientre de ella, pero no de Su Persona divina la cual siempre ha existido (Juan 3:6,13 y Romanos 4:1).

         Por tanto, el problema con el título madre de Dios o portadora de Dios es que deja fuera la humanidad de Cristo y aplica una característica humana a la naturaleza equivocada. Por eso muchos de los herejes que negan la humanidad de Cristo durante el concilio de Efeso como los monofisistas no tenían problemas con ese titulo. Algunos tratan de justificar dichos títulos diciendo que con Dios se refieren a Jesús pero cometen la falacia de equivoco al ignorar que esa palabra también puede referirse al Padre, al Espíritu Santo o a toda la Trinidad. Por eso el Dr. Francisco Lacueva, el titulo madre de Dios no solo es extrabíblico sino inexacto puesto que lo que lo Maria llevaba en su vientre no solo era divino sino también humano y por eso un titulo mas correcto seria llamarla, madre del Hijo de Dios encarnado o madre de Jesus como dice la Biblia. Negar esto sería caer en la vieja herejía del docetismo, apolinarismo, valentinianismo, marcionismo y otros grupos heréticos del gnosticismo. En otras palabras, lo que se preparó en el vientre de María fue el cuerpo físico de Cristo, pero como Persona divina, Cristo no estuvo limitado o confinado en el vientre de ella porque Dios es eterno y omnipresente. Por eso Hebreos 10:5 dice, “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.” Note que aquí no dice personalidad o divinidad sino cuerpo. No porque Jesús quería tener una madre sino porque era la única forma de que podía morir por nuestros pecados.

             Por eso preferimos ser más bíblico y decir que María dio a luz al Hijo de Dios encarnado o como diría Pablo en 1 Timoteo 2:5 a “Jesucristo hombre” porque como persona divina Jesús ya preexistía antes de su encarnación (Juan 1:1) y como también lo demuestran sus Cristofanías del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Pablo les dijo a los judíos en Romanos 4:1 que “Abraham es nuestro padre según la carne” ¿Por qué? Porque como dijo Juan, “lo que es nacido de la carne, carne es…” (Juan 3:6) mientras que en cuanto a su persona divina Hebreos 7:3 declara que “no tiene padre, ni madre, ni genealogía, ni principio de días, ni fin de vida.” 

           Como también lo explica, Agustín de Hipona quien vivió antes del Concilio de Éfeso (431) y quien según Alfonso Ropero nunca llamó a María Madre de Dios a pesar de que la veneraba, Agustín afirmo que, "Nuestro Señor Jesucristo fue tanto Dios como hombre, en su calidad como Dios no tenía madre, en su calidad de hombre sí, ella fue madre entonces de su carne, de su humanidad que por nuestro bien, Él tomó sobre sí." (Agustín de Hipona, en su comentario de Juan 2:1-4) lo cual es consistente con Hebreos 7:3 y 10:5. Además, según su definición y lingüísticamente hablando, una madre no existe después de su descendencia sino antes de sus hijos lo cual la hace madre porque da a la luz alguien que no existía antes que ella. Por eso María tampoco puede ser Madre de Dios ni de su persona la cual ya prexistía antes de María sino solo de la carne de Jesús (Juan 1:1-3 y Colosenses 1:16-17) y así lo explicaron los Padres de la Iglesia.

 ¿Entonces no crees en el Theotokos?

En primera la palabra theotokos no aparece en las Escrituras y eso se puede ver tanto en una traducción interlineal del griego y así también lo afirman los académicos en sus comentarios bíblicos. Tampoco lo usaron los Padres Apostólicos. Además, dicho título tampoco significa madre de Dios sino portadora, paridora o engendradora de Dios (Francisco Lacueva, Biblia de Estudio, Patrística, Editorial CLIE, p.2150). En cambio, el título “cristotokos” suena más consistente con las Escrituras. Segundo, el término ya sea traducido como paridora de Dios o madre de Dios solo hace referencia a una sola naturaleza (la divina) y no a una doble naturaleza como sostiene la Unión Hipostática. Esta es la razón por la cual los antiguos herejes como los monofisistas y apolinarios quienes negaban la naturaleza humana de Cristo no tenía problema en aceptar dicho título pagano. Además, el titulo también vincula y asocia la maternidad con la divinidad lo cual es aplicar un atributo o propiedad a la naturaleza equivocada. 

PREGUNTAS

PREGUNTA #1: ¿En qué iglesia o denomicacion usted se congrega y si en esa iglesia o tu pastor aceptan dicho título condenando a todo cristiano solo por no usarlo o si eso es simplemente una creencia personal suya?

          Algunos dirán que no se congregan lo que demuestra falta de ética cristiana, doble moral o una hipocresía monumental al juzgar hermanos en las redes sociales cuando ellos ni siquiera asisten a una iglesia local. Si se congregan pero su iglesia o pastor no cree eso sino que lo sacan de las redes sociales no solo demuestran que creen más en un desconocido que en su propio pastor sino que demuestran que son muy dogmáticos, extremistas e inconsistentes con su propia iglesia pues la mayoría de los evangélicos y protestantes no lo aceptan.

PREGUNTA #2: “Así como tú crees que Dios nació tú también crees que Dios murió porque no se puede separar las naturalezas en la union hipostática.” 

      RESPUESTA: El no saber diferenciar o confundir las dos naturalezas de Cristo conduce a otros errores y este es un ejemplo de ello. Tampoco es negar la unión hipostática porque la unión hipostática tiene que ver con la encarnación de Cristo y no con el Antiguo Testamento donde Jesús todavía no tenía un cuerpo físico. Jesucristo es persona divina desde la eternidad pasada cuando aún no tenía cuerpo humano (Juan 1:1-3,14). Sin olvidar que la muerte en la Biblia significa separación entre el cuerpo y el espíritu y que por tanto cuando Jesús murió en la cruz fue su cuerpo la que se quedó en la tumba por tres días y no su persona divina y espiritual (Mateo 10:28; Santiago 2:26 y 2 Corintios 12:2-4).

           Además, es un error decir que Dios murió porque entonces siguiendo esa lógica el universo se quedó sin Dios por tres días y también contradice la naturaleza de Dios la cual es eterna y vida porque no puede morir. Sin olvidar que tampoco es consistente con las Escrituras las cuales enseñan que espiritualmente Jesús estuvo activo durante esos tres días mientras que su cuerpo físico estaba en la tumba (Lucas 23:43; Efesios 4:9-10 y 1 Pedro 3:18-20). Asumir que Jesús no solo murió físicamente sino también como persona divina es caer en la vieja herejía de Eutiques llamada monofisismo la cual niega que en Jesucristo haya dos naturalezas sino una sola en donde su naturaleza humana está absorbida en su divinidad.  

        No es que en Cristo hay dos personas diferentes (nestorianismo) sino dos condiciones (una física que se cansa, tiene hambre y muere y otra divina que es eterna). Lo mismo ocurre con nosotros a través de la muerte la cual es la separación del cuerpo y el espíritu (Santiago 2:26). Nosotros también tenemos dos naturalezas diferentes (una física que es visible se cansa, tiene hambre y muere y otra espiritual que no tiene estas limitaciones físicas) pero somos una misma y sola persona. En otras palabras, somos mucho más que un cerebro y las partes de un cuerpo, somos un alma en un cuerpo físico (Vea 1 Tesalonicenses 5:23). Para dar un ejemplo, si a mi opositor alguien lo llegara a matar diríamos que murió. Sin embargo, sabemos que aunque tal persona esta muerto físicamente, su persona o alma espiritual sigue viva ya sea en el cielo o en el infierno. Jesús mismo enseñó esta distinción en Mateo 10:28 donde dice, “Y no temáis a los que matan el cuerpo mas el alma no puede matar” y que Dios es el Dios de Isaac y de Abraham porque Dios no es un Dios de muertos sino de vivos. Al igual que el apóstol Pablo (2 Corintios 12:2-4). Nuestro cuerpo está muerto y en la tumba, pero nuestra alma esta con Dios o en el infierno. Negar esta distinción es caer en otra herejía llamada hilomorfismo o en la doctrina de la aniquilación del alma.

Este tipo de creencia filosófica viene de Aristóteles sin embargo no es compatible con las Sagradas Escrituras las cuales enseñan que un espíritu puede existir independientemente del cuerpo. Dios y los ángeles por ejemplo son espíritus sin cuerpos que pueden ver, escuchar y sentir por ende ambas sustancias son distintos. En Apocalipsis 6:9-10 también vemos las almas de los mártires quienes aunque no tenían sus cuerpos pero hablaban con el Señor como adultos y con inteligencia. En otras palabras, sus almas no estaban inactivas, durmiendo o muertas. Lo mismo vemos con Pablo en 2 Corintios 12:3-5. Por tanto, recordemos que no tenemos un alma sino que somos un alma en un cuerpo físico (sustancia de dualismo). Por tanto, el simple error de muchos marianos y algunos protestantes es que no querer reconocer la importancia de distinguir analíticamente como hicieron los Padres de la Iglesia como Orígenes y Agustín entre ambas naturalezas y confundirlas para seguir acusándonos falsamente de nestorianismo no solo es deshonesto y falaz sino una vieja herejía de Eutiques o Eutiquio llamada monofisismo.”         

            Además, hasta el mismo Concilio de Éfeso que estos evangélicos marianos defienden lo condenan pues el mismo Cirilo de Alejandría, quien dirigió el concilio de Éfeso del año 431 dijo: “…Para los que dicen que Dios murió en la Cruz, el concilio afirma lo contrario. Como dice la Escritura: El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 1 Timoteo 6:16.” Lo mismo sostiene el credo del concilio de Calcedonia (Concilio de Calcedonia, 451 d.C. – Sesión II). “Por consiguiente, mientras se conservaba la distinción de las naturalezas y de las sustancias, y ambas se encontraban en una sola Persona, la humildad fue asumida por la majestad, la debilidad por el poder, la mortalidad por la eternidad; y, para pagar la deuda de nuestra condición, se unió la naturaleza inviolable a la pasible, para que como remedio apropiado a nuestros males, uno y mismo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús Hombre, PUDIERA SER UN SOLO ELEMENTO CAPAZ DE MORIR y también del otro ser incapaz.”(Concilio de Calcedonia, 451 d.C. – Sesión II).

          Como explica el filósofo cristiano, Orígenes de Alejandría en su Comentario del Evangelio de Juan 2:18-19 diciendo que Cristo se refirió a su humanidad cuando dijo que los judíos iban a destruir su cuerpo [llamado templo] pero que en tres días lo iba levantar lo cual indica que durante esos tres días iba haber una separación temporal entre su cuerpo físico y su persona divina. El maestro alejandrino también dijo, “Él ha nacido del linaje de David según la carne (Romanos 1:3) y como hombre, pero esta misma afirmación no se refiere a su divinidad … lo que los judíos buscaban destruir y matar, buscan matar al hombre, es decir, por humano y mortal, y no a Dios ya que a Dios no pueden matarlo, incluso aunque ellos quisieran hacerlo…y aunque matan el cuerpo del Logos, es claro que, además de eso no pueden hacer otra cosa, ni temer a quienes matan el cuerpo del Logos, sin poder matar su alma…En efecto, no está permitido decir que Dios muere, y por esto el Logos, que estaba en el principio con Dios y que era también el Logos Dios, no está muerto.” (Orígenes, Comentario al Evangelio de Juan /2, Biblioteca Patrística, pp.304-305). ¿Acaso era Orígenes y Agustin “nestorianos”? Asumir tal cosa seria un anacronismo. La respuesta mas bien es que tanto la Biblia y los escritores de la historia Patrística no hablan de dos personas en Jesus sino de dos natualezas unidas pero diferentes en la Persona de Cristo.

        Esto lo repite Orígenes en páginas después donde cita Juan 8:40 que dice, “Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.” Y luego explica de nuevo diciendo, “Y si bien es un hombre quien muere. No ha muerto el Dios Logos ya que la imagen del Dios invisible no admite la muerte sino que ha muerto por el pueblo este hombre, el más puro de todos los vivientes….Se debe también creer que Jesucristo es Señor y en toda la verdad que le concierne en su divinidad y su humanidad….si alguien admitiera la divinidad de Jesús, pero rechazando su humanidad, no se podría decir que tiene una fe completa.” (Ibid. p.419 y 479-480).    

       Por tanto, Orígenes refuta a los grupos heréticos de su tiempo diciendo que muchos de ellos suprimían la humanidad de Cristo mientras conservaban su divinidad. Orígenes también agrega, “He dicho todo esto, con la intención de mostrar que las aparentes contradicciones de los Evangelios, se resuelven por medio de las [concordancias] de la interpretación espiritual.” (Orígenes, Comentario al Evangelio de Juan /2, Biblioteca Patrística, p.37,90-91,95). Muchos llaman a esta doble mirada de Jesús hacia lo humano y divino, el Intercambio de Idiomas lo cual creo que fue el mismo Orígenes que inventó esta terminología filosófica y luego el Concilio de Calcedonia lo llamó la Unión Hipostática para diferenciar entre ambas naturalezas.          

        De hecho, ese mismo silogismo falaz lo pueden usar los arrianos como los falsos testigos de Jehová para decir, “Dios no puede morir, Jesús murió. Por tanto, Jesús no es Dios.” Por eso la importancia de no confundir y saber diferenciar entre ambas naturalezas. Hasta reconocidos apologistas y teólogos calvinistas como el mismo Juan Calvino, el pastor Miguel Nuñez, James White, R.C. Sproul y Charles Spurgeon también han criticado esta retórica barata pues como dice el erudito protestante, Louis Berkhof, cuyos escritos han influido seminarios y facultades de teologías, afirma que la naturaleza divina de Jesús no sufre ni muere sino por estar en posesión de una naturaleza humana y que aquellos que no logran diferenciar estas naturalezas son partidarios de Roma (Teología Sistemática, p.384). 

PREGUNTA #3 ¿En qué parte de sus escritos Nestorio dijo que en Jesucristo hay dos personas? 

       El libro, Curso de Teología Patristica, Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia afirma que el monje de Antioquía y patriarca de Constantinopla, Nestorio, era muy conocido por refutar las doctrinas de arrianismo pero que sus enemigos de la Escuela de Alejandria “lo acusaron de hereje, diciendo que defendía la existencia de dos personas distintas en Cristo, una divina y otra humana.” Pero que “muchos pensadores están convencidos de la ortodoxia de Nestorio y de la necesidad de recuperar su figura y su defensa de la identidad humana de Jesús” (Curso de Teología Patristica, Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia, Xabier Pikasa, Editorial CLIE, pp.197-198). 

             El segundo problema es que el obispo de Constantinopla llamado Nestorio y perteneciente de la escuela de Antioquía, no estuvo en el concilio de Éfeso para presentar su defensa y aun así lo condenaron de “herejía”. El libro, “Curso de Teología Patristica, Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia” de Xabier Pikasa afirma que, “Los partidarios de Cirilo de Alejandria (en la línea de los monofisistas de Eutiques)… y que el emperador Teodosio II quien fue el que convocó el concilio era de tendencia monofisista “parecían negar la humanidad de Jesus, de forma que ella quedara absorbida y en el fondo superada en lo divino….acusaron a Nestorio de herejía…Pero fue impuesto sin diálogo entre las iglesias, condenando de modo impositivo a Nestorio, sin hacer justicia a sus razones de fondo.” (Curso de Teología Patristica, Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia, Xabier Pikasa, Editorial CLIE, pp.164, 197-198). Estas acciones injustas violan el método de disciplina de la iglesia (Mateo 18:15-17) y el principio jurídico penal de la llamada presunción de inocencia la cual establece que “todos somos inocentes, hasta que se demuestre lo contrario” y la cual está basada en la Biblia (Proverbios 18:13,17 y Juan 7:51).

       Además de eso, varios historiadores afirman que las creencias de Nestorio fueron falsificadas y exageradas incluso durante su vida. La idea de que había dos Hijos de Dios, uno por naturaleza y otro por asociación, comúnmente atribuida a Nestorio, le pareció absurdo por no concordar con la divina escritura, y escribió vehementemente contra la enseñanza de dos Hijos. La gran parte de la información acerca de Nestorio llega hasta nuestros días de fuentes hostiles que describen engañosamente sus doctrinas (Bethune-Baker, James Franklin (1908). Nestorius and His Teaching: A Fresh Examination of the Evidence, University Press. pp. 10 y 82). Las verdaderas posturas de Nestorio, al menos las que sostenía hacia el final de su vida, fueron reveladas por el descubrimiento de su única obra restante; el bazar de Heraclides, escrito hacia 450, y en la que Nestorio niega la herejía por la que fue condenado. El Dr. Francisco Lacueva también confirma esto diciendo que, “recientemente se ha descubierto un libro de Nestorio en el que explícitamente niega la herejía por la que fue condenado.” (Francisco Lacueva, Biblia de Estudio Patristica, Editorial CLIE, p. 2150).

En ella Nestorio sostiene que Cristo es una sola persona con dos naturalezas o condiciones distintas, una divina y otra física lo cual también afirmaba el Concilio de Calcedonia y muchos Padres de la Iglesia como Agustín de Hipona también hicieron esta distinción. También esta comprobado que Cirilo de Alejandria no solo usó la violencia contra los que se le oponía sino que también uso las riquezas de la Escuela de Alejandria para cometer soborno y así salir victorioso en el Concilio de Efeso lo que también invalida dicha decisión del concilio. Sin olvidar que Teodosio II quien fue un perseguidor de paganos y de cristianos no católicos también “convocó otro concilio general en Efesos (449), que muchos llaman latrocidio, pues fue manejado por Dióscoro, sucesor de Cirilo de Alejandria, imponiendo a la fuerza sus doctrinas, de tal modo que los soldados de la guardia imperial agredieron incluso a los obispos contrarios, entre ellos a Flaviano, Patriarca de Constantinopla, que murió como resultados de los golpes recibidos.” (Ibid, p. 165).    

            

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