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Estados Unidos.- A los 17 años, Henderson Lentz, sufrió un paro cardíaco repentino durante un partido de baloncesto en su colegio de North Rowan High Cavaliers. Él testifica que estuvo sin vida durante 12 minutos.
Jill Lentz, madre de joven, testifica que cuando vio a su hijo caer boca abajo en el suelo mientras grababa el juego en un teléfono celular, sintió que algo andaba mal. Los entrenadores y los paramédicos acudieron rápidamente a los primeros auxilios y al darse cuenta de que no tenía pulso, lo electrocutaron con un desfibrilador automático.
La madre recuerda que se la llevaron para que no viera a su hijo muerto. Después de un rato, dice que uno de los entrenadores se le acercó y le dijo: “Henderson pregunta por ti”. Los equipos de rescate lograron recuperar el pulso del niño y la conciencia. No obstante, tuvo que pelear una larga batalla durante seis meses.
Según WBTV, Henderson le agradece a Dios por transformar su vida en ese accidente. “El domingo anterior había orado para que Dios me diera una experiencia y me transformara a través de su amor. Él me dio esta oportunidad dos días después”, reveló al referirse al paro cardíaco.
Cuando volvió a jugar, los North Rowan Cavaliers ganaron una de las competencias y el adolescente no tuvo más problemas de salud. “Hicieron todas las pruebas que pudieron hacer y nunca encontraron nada malo, así que solo confío en que Dios lo tenía en sus manos”, concluyó Henderson.
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