NOTICIACRISTIANA.COM.- Jesús dice que es posible llamarlo y no estar con él por la eternidad. Sin embargo, Romanos 10:13 nos dice: “Todos los que invoquen el nombre del Señor serán salvos”. ¿Es posible invocar a Dios y ser rechazado por él?

Según Jesús, la respuesta es “sí”. Para entender esta aparente contradicción, necesitamos examinar el contexto de Mateo 7:21-23.

“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. En aquel día muchos me dirán: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Nunca los conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad”.

Mateo 7:21-23 se ubica entre las instrucciones de Jesús acerca de cómo obedecer a Dios, cómo tratar a otras personas y las señales de que uno está verdaderamente viviendo en Cristo.

Los versos sobre Un Árbol y su Fruto (Mateo 7:15-20) se repiten en Juan 15, donde Jesús se describe a sí mismo como la vid. Su padre es el “Viñador”. Los que aman a Jesús deben permanecer plenamente en él.

Jesús enseña que su poder lo abarca todo. Considere cómo Mateo 7:21-23 descansa entre “por su fruto, los reconocerán” y “por tanto, todo el que oye estas palabras mías y las pone en práctica es como un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7:20, 24).

Como la Roca, él es poderoso, su palabra es fundamental y sus discípulos son transformados por ella. Cambian interiormente, volviéndose más pacientes y amables. También crecen de él como ramas de una vid y solo pueden vivir como parte de esa vid. Roca irrompible; Vid sustentadora: Nuestro Salvador es a la vez poderoso y tierno.

Jesús proporciona una prueba para los creyentes que disciernen: “Reconocerán (a los falsos profetas) por sus frutos” porque “un árbol enfermo da malos frutos”.

Los creyentes pueden reconocer a alguien que está en Cristo, y estar seguros de su propia salvación, por la misma prueba, porque “un árbol sano no puede dar frutos malos” (Mateo 7:15-18). Los discípulos son tiernos con aquellos que necesitan el poder de Jesús en sus vidas.

Según Pablo, “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). Conocerás el corazón de alguien por estos signos.

Lo que significa que Jesús nos conozca

“Por sus frutos los conoceréis (A los discípulos)”, o Jesús dirá: “Nunca os conocí”. Hay múltiples significados para “saber”. Uno puede reconocer a una persona y decir: “Lo conozco”, o comprender un concepto y decir: “sé lo que eso significa”. Cuando uno dice: “Conozco a Jim”, podría conocer a Jim como un amigo cercano o como un conocido.

Con una amistad cercana, es evidente un tipo profundo de conocimiento, respeto, honor, preocupación, amor: todo esto se muestra cuando dos personas poseen más que estadísticas.

En Lucas 13:25, Jesús usa el verbo “eidó” o “tomar conciencia, contemplar, considerar, percibir”. Cuando el dueño de la casa se haya levantado y cerrado la puerta, y tú comiences a pararte afuera y a llamar a la puerta, para él serás un desconocido.

La Biblia es clara cuando dice que las personas ignorarán el evangelio, se alejarán de Jesús y no se dieron cuenta de que necesitaban un salvador. La evidencia del poder de Dios no los satisfizo; será demasiado tarde para cambiar de opinión una vez que se cierre la puerta.

Sacado de contexto, uno podría construir una imagen incompleta en la que todo lo que tiene que hacer es gritar “¡Jesús!”, pero conocer verdaderamente a Jesús, confiar en él, es similar a permanecer.

Los conocidos por Jesús son personas que dan buenos frutos, guardan los mandamientos, leen su palabra, aman a otros y sienten gozo.

Artículo escrito por Candice Lucey en Christianity.com.

Publicado por: NOTICIACRISTIANA.COM.- Agradecemos su fidelidad con nuestro medio de comunicación. Le invitamos a suscribirse al boletín informativo y activar la sección de notificaciones en la portada de nuestra página web.

Post Visitors:1