Características o cualidades del buen cristiano, según La Biblia  

NOTICIACRISTIANA.COM – Siempre nos preguntamos: ¿Qué significa ser un buen cristiano? No debemos olvidar que cuando Dios está en nuestras vidas, cambia todas nuestras formas de vivir. Entonces, las características o cualidades de un buen cristiano se deben basar en seguir el ejemplo de Cristo, cuando estuvo en el mundo, para salvarnos y liberarnos de la esclavitud del pecado. 

El pastor Erick Muñoz, en el programa “Estudio Bíblico en Casa”, analiza la parábola del buen samaritano, registrada en Lucas 10:25-37. Y para dicho análisis hace los siguientes cuestionamientos: ¿Qué se necesita para ser un buen cristiano?, ¿Qué nos distingue a los cristianos del resto de la sociedad que no conoce a Dios? 

Muñoz, precisa que Jesús enseñó que lo que debe distinguir al cristiano del resto de la sociedad, es el amor. En este sentido, resalta que esta cualidad identifica que somos discípulos de Dios,  que nos separamos del resto para ser excelentes, en sus propósitos. 

“Si pensamos que como cristianos, el ser excelente, nos distingue del resto de la sociedad, estamos equivocados. En el mundo donde no conocen a Cristo, hay personas que son excelentes, que tienen gozo, respetuosas,  educadas, que honran a sus padres. Por tal razón, es el amor de Dios, lo que nos separa del resto de la gente, porque cuando lo demostramos, afirmamos ser discípulos de Cristo”, manifestó el pastor. 

Consideraciones

Muñoz, indica que de la parábola del buen samaritano, donde Cristo nos enseña a imitar ese ejemplo, se pueden considerar tres pensamientos esenciales: 

Amar no es cuestión de actitud sino de actitud: tanto el sacerdote y el levita, eran aptos o tenían la capacidad de ayudar, sabían cómo hacerlo. Pero, no tenían la actitud para hacerlo, o la disposición de ayudar al samaritano.

Amar no es cuestión de espiritualidad sino de disponibilidad: en las iglesias hay muchas gentes espirituales, pero no están disponibles para que Dios los use, a través del diario vivir, del actual con el prójimo. Entonces, debemos decir a Dios, aquí está un vaso no tan espiritual, pero puede amar como buen cristiano.

Amar es cuestión de oportunidad y no de una agenda: ser cristiano no es cuestión de agenda es de oportunidades. En la agenda del sacerdote y del levita, no estaba ayudar al hombre víctima de los ladrones, ni en la del samaritano, pero él vio la oportunidad de ayudar y decidió cambiar su agenda. El amar es cuestión de decisión y oportunidad, no de una agenda.

Actitudes

Muñoz, determina dos actitudes del buen cristiano, según la parábola del buen samaritano:

Capaz de amar a alguien que no puede corresponderle ese amor: los cristianos debemos amar a otra persona, hacer algo por otra persona, es decir, demostrar el amor de Cristo a través de acciones concretas.

No se trata de hacer algo y esperar que te manifiesten un agradecimiento, amar es más grande que esperar que te digan, gracias. El buen samaritano hizo su acción, y no estaba esperando ese momento, en que el hombre le pagará y le agradecierá, lo que hizo por él. En las iglesia se desaniman porque no reciben un gracias, de forma frecuente, y  se olvidan que no hay mérito en hacer un bien a alguien, para que luego se lo regrese. 

“Jesús nos desafía a romper la lógica humana, esa manera mundana y naturalidad humana. Entonces, nos enseña a amar a quiénes nos aborrecen, porque el buen cristiano ama a alguien que no puede corresponderle”, acotó Muñoz. 

El buen cristiano es quién ama en momentos donde es inoportuno o inconveniente amar: el buen samaritano tenía una agenda, un punto de destino, con su respectivo tiempo, y probablemente como el sacerdote y el levita, le era difícil detenerse. Sin embargo, pese al momento inoportuno o inconveniente, decidió amar a su prójimo. 

Momentos difíciles

“El amor (del samaritano) fue práctico, apoyo con gastos, no desde una perspectiva espiritual. Entonces, el cristiano ama cuando es difícil amar. El amor nos distingue en acciones expresadas económicamente, acciones concretas, las cuales nos dicen que nuestro corazón es distinto al resto de las personas de la sociedad. Ame a Dios y a su prójimo, al estilo de la parábola del buen cristiano (samaritano)”. 

Erick Muñoz


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