El clima está cambiando en Europa. A la vez que aumenta la temperatura media del planeta, los efectos en los que se traduce el cambio climático en el continente se multiplican. En 2022, el área mediterránea registró entre 70 y casi cien días de «fuerte estrés térmico» (con temperaturas entre 32 y 38 grados), que escalaron a días de «estrés térmico muy fuerte» (entre los 38 y 46 grados) más que en ningún otro año. Fue también el momento con la sequía más extensa que se conoce en Europa, con el 63% de los ríos europeos con un caudal por debajo de la media, según los datos que publica este jueves la agencia Copernicus.
«El informe del Estado del Clima Europeo de 2022 destaca los alarmantes cambios de nuestro clima, entre ellos el verano más caluroso jamás registrado en Europa, marcado por olas de calor marinas sin precedentes en el Mediterráneo y temperaturas récord en Groenlandia», asegura Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
El continente se está calentando el doble de rápido que la media global, que ya se encuentra a 1,2 ºC, algo que favorece los extremos climáticos, como las intensas sequías o las fuerte olas de calor. De hecho, 2022 fue el segundo año más cálido registrado en el Viejo Continente, tras el verano más caluroso jamás visto.
Marzo, mayo, junio, julio, agosto, octubre y diciembre llegaron a tener los termómetros entre 7 y 10 grados por encima de lo que sería normal. En 11 países Europeos ha sido el año más cálido del que existen registros, incluida España. Y en las regiones suroeste y oeste de Europa, hubo hasta un 30% más de días cálidos de lo normal. Esto destaca, dice el informe, la frecuencia con la que se están empezando a dar las temperaturas extremadamente altas.
¿Qué ocurrirá este 2023? «La posibilidad de tener años cálidos está aumentando todo el tiempo», dice Samantha Burgess, directora adjunta del C3S. «Podemos decir con seguridad que en 2022 los europeos sufrieron más estrés térmico del que nunca habían sufrido, por el verano de calor. No podemos saber si habrá más estrés térmico en 2023, pero sí que con mayor concentración de CO2, la probabilidad de más años cálidos aumenta», explica en rueda de prensa.
El parámetro de estrés térmico implica efectos negativos sobre la salud, además de sobre el medio ambiente. Mientras que las condiciones desfavorables para la salud están aumentando, también disminuyen los días sin que haya peligro. Por eso, dice Buontempo, «comprender la dinámica del clima en Europa es crucial para nuestros esfuerzos de adaptación y mitigación de los efectos negativos del cambio climático en el continente».
La sequía más extensa
Dos tercios de los ríos, por debajo de la media
La sequía, que todavía continúa en muchos países (incluida España), fue excepcional. Nevó mucho menos (en algunos lugares hasta 30 días menos de lo que era normal), y en conjunto, las precipitaciones fueron un 10% menores que lo normal.
La escasez de humedad en el suelo fue la segunda más baja de los últimos 50 años, al igual que el caudal de los ríos europeos, que fue el segundo más bajo registrado. La dimensión del problema ya no se circunscribe a los países mediterráneos. El informe demuestra que, en cuanto a superficie afectada, 2022 fue el año más seco desde que hay registros y un 63% de los ríos europeos tuvieron caudales inferiores a la media.
Las altas temperaturas junto a la escasez de lluvias, concluye el informe, «provocaron una sequía generalizada y prolongada que afectó a gran parte de Europa y afectó a sectores como la agricultura, la energía y el transporte fluvial«.
Unas condiciones que persisten todavía, ya que el 24,6% de los Veintisiete está en situación de alerta por sequía, y un 1,3% de emergencia, según el observatorio de la sequía de Europa. E incluso aunque lloviera en mayo, dice Burgess, no mejoraría la situación sustancialmente. En el Mediterráneo el suelo está «increíblemente seco», dice, y aunque hubiera un final húmedo de primavera, eso beneficiaría las reservas para la sociedad, pero «desgraciadamente» el impacto para la agricultura y las pérdida de los cultivos ya no tienen marcha atrás.
900.000 ha quemadas
Riesgo de incendios extremadamente alto desde inicios de año
Todo ello incrementó también el riesgo de incendios durante todo el año. En España (y, en general, suroeste de Europa, dice el informe), el riesgo extremadamente alto se dio a principios de año y desde marzo hasta el verano, y nuevamente alto en octubre. Se dieron incendios críticos, los que cubren un área superior a 10.000 ha, en República Checa, Francia, Portugal, Eslovenia y España. Se estima que, en total, se quemaron más de 900.000 ha en los países de la UE, fue el segundo peor año del que se tiene constancia.
También en los lagos
Olas de calor marinas sin precedentes
El calor no solo fue récord en tierra. En 2022, la temperatura media de la superficie de los mares de Europa fue la más cálida registrada. La anomalía destacó en el mar Mediterráneo, donde las olas de calor marinas sin precedentes comenzaron en mayo y se extendieron durante todo el verano. También se observaron temperaturas récord de la superficie del mar en el Golfo de Vizcaya, el Canal de la Mancha y el Mar de Irlanda, y en el Mar de Noruega.
Los lagos también sufrieron: el 73% de los lagos europeos estuvieron más cálidos, siendo los españoles los que mayores temperaturas ofrecieron.