NOTICIACRISTIANA.COM – La convicción de ser calificados en Cristo es fundamental para comprender nuestra identidad y propósito como creyente. Esta convicción nos libera del peso de la autojustificación y nos capacita para vivir con confianza y rectitud, sabiendo que somos amados, aceptados y equipados por el mismo Creador del universo. 

Los pastores Charles y Cindy Torres, en el programa “Life The Woodland”, explican el pasaje de 2 Corintios 3:5-11, donde el apóstol Pablo establece un fundamento crucial para nuestra identidad como creyentes.

“Nuestra calificación no proviene de nuestros propios méritos, sino que es otorgada por Dios mismo. Él nos calificó y nos puso como ministros competentes, no por nuestras acciones, sino por la gracia de Cristo”, destacan los pastores Torres.

Agregan que es fácil caer en la trampa de pensar que nuestras fallas y debilidades nos descalifican como verdaderos cristianos. Sin embargo, incluso cuando nuestras acciones no reflejan nuestra identidad en Cristo, Él nos capacita para cambiar y vivir de acuerdo con su voluntad. 

Vivir en plenitud

“Dios no quiere que vivamos en mediocridad; Él anhela que vivamos en plenitud, como verdaderos hijos suyos”, exhortan los estudiosos de la Palabra de Dios.

Nuestra convicción en Cristo es lo que nos capacita para vivir de manera coherente con nuestra identidad en Él. Cuando entendemos que somos calificados y capacitados por el sacrificio de Cristo, nuestra perspectiva cambia. 

Ya no estamos sujetos a la condenación ni al miedo, sino que caminamos en la libertad y la confianza que sólo Cristo puede brindar.

“Efesios 2:5-6 y Colosenses 1:13 nos recuerdan que al nacer de nuevo, somos automáticamente posicionados y capacitados por Dios. Incluso en medio de las dificultades, como lo experimentó el apóstol Pablo desde la prisión, nuestra convicción en Cristo nos sostiene y nos capacita para vivir en victoria”, manifiestan los pastores Torres.

Ciudadanos del reino de Dios

Es esencial entender que nuestra identidad en Cristo nos hace ciudadanos del reino de Dios. No somos meros mortales, sino hijos amados y libres en Cristo. Esta convicción transforma no solo nuestra vida individual, sino también nuestras relaciones y nuestro hogar. Vivir la vida de Cristo en nosotros y ser ejemplo para otros es una responsabilidad que no debemos tomar a la ligera.

En Cristo, no tenemos que temer a los exámenes de la vida, porque Él ya nos calificó. Esto nos da la confianza y la convicción para enfrentar cualquier desafío con rectitud y seguridad. 

Así como Pablo escribió a las iglesias de Éfeso, Colosas y Filipos para reafirmar su convicción en Cristo frente a las adversidades, nosotros también necesitamos recordar constantemente quiénes somos en Él.

Convicción que impulsa

Cristo es la garantía de nuestra gloria futura, como se destaca en 2 Corintios 5:17. Esta convicción nos impulsa a vivir una vida que honre a Dios en todo momento y en todas las circunstancias. 

No podemos permitir que las dificultades de la vida nos desvíen del camino, sino que debemos aferrarnos a nuestra identidad y convicción en Cristo.

En resumen, nuestra convicción en Cristo es la piedra angular de nuestra identidad y nuestra forma de vida. Nos capacita para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y nos sostiene en medio de las pruebas. Que cada día podamos vivir con la convicción de quiénes somos en Cristo, siendo testimonios vivientes de su amor y su gracia en el mundo.

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