El “ateísmo” de Borges
“No podría definirme como ateo, porque declararme ateo corresponde a una certidumbre que no poseo.” – Jorge L. Borges, escritor, ensayista y peota argentino
Algunas personas antireligiosas como el dueño de la página desinformativa de ateismoparacristianos.com asumen que el famoso escritor, poeta, ensayista y traductor argentino, extensamente considerado una figura clave tanto para la literatura en habla hispana como para la literatura universal, Jorge L. Borges, era ateo. Otros dicen que fue agnóstico o cabalista. La realidad es que a Borges le costaba la idea de un Dios personal, por lo que mas bien era cercano al panteísmo al igual que Baruch Spinoza. Ahora bien, ¿Cuáles eran esos argumentos que hacían pensar a Borges que no había tal cosa como el Dios personal de la Biblia? Veamos y analicémoslas:
“Dios muere al jugador y éste la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?”
Este argumento suena similar al del filósofo agnóstico Bertrand Russell y Richard Dawkins quienes preguntan “Si Dios creo el universo entonces ¿quién creó a Dios?” o “¿Quién diseñó al Diseñador?” como si eso refutara el teísmo cristiano. Sin embargo, aunque esta pregunta presenta un problema de la regresión infinita invalida muchas religiones paganas y politeístas no es la última prueba de que el único y verdadero Dios no existe pues la respuesta del cristiano desde el mismo primer versículo de la Biblia es que Dios siempre existió (Génesis 1:1; 1 Corintios 2:7; 2 Timoteo 1:9; Tito 1:2 y Judas 1:25, etc). Pero ¿es esta idea aun posible? Empecemos aclarando los errores de creer que esta pregunta refuta la idea de Dios:
1. La pregunta de “Si Dios creó el universo entonces ¿quién creó a Dios?” no prueba que el ateísmo es verdadero, así como el origen de alguien tampoco demuestra su inexistencia.
2. La pregunta sin sentido da entender que Borges no sabía mucho de teología básica cristiana o que simplemente está haciendo una pregunta falaz al asumir que Dios fue creado o que salió de la nada o que se creó a asimismo cuando eso NO es lo que creemos los cristianos. Dios no tuvo una causa porque siempre ha existido. Por tanto, preguntar quién creó a Dios es como preguntar ¿qué causó lo incausado?
3 Dicha pregunta es un insulto a la inteligencia, la lógica y la razón porque si decimos que ese Creador fue creado por otro Creador entonces tendríamos que preguntarnos quién creó a ese otro Dios y así sucesivamente hasta perdernos en un eterno pasado o una serie de eventos infinitos del pasado lo cual por ende no obtendríamos la respuesta o una conclusión final. Por eso la necesidad de un Creador Eterno porque tiene que haber un principio y una primera causa incausada.
4. El mismo escritor, filósofo de la ciencia y profesor ateo, Michael Ruse, admite “Sabes, filosofía 101 responde ¿Qué creó a Dios? Todos lo hemos hecho, todos hemos estado ahí. Y sabes, es una buena pregunta, pero no es el final del argumento, Dawkins entonces dice triunfalmente “ ¡Ahí tienen! Mal argumento, sigamos adelante.” Tú sabes y yo sé que los cristianos, como San Agustín, ciertamente Santo Tomás, pasaron muchísimo tiempo, quiero decir ellos sabían esto. Y lo que ellos intentaban hacer era articular una noción de Dios, la cual sería la primer causa, la noción completa de aseidad, Dios como un ser necesario. Tú sabes, la esencia de Dios es su existencia. El punto es que los cristianos tienen respuestas maduras a esta clase de cosas. Y yo creo que Dawkins hace un perjuicio espurio a la causa de la “no creencia” al no estar preparado para tomar seriamente la clase de cosas que los creyentes creen.”
De hecho, Dios es lo que el filósofo griego Aristóteles llamaría el primer motor inmóvil y esto no es una afirmación gratuita ya que la evidencia científica apunta a que el universo tuvo un principio y si el universo tuvo un principio entonces la causa no puede estar hecho de espacio, materia y tiempo. En otras palabras, la causa tiene que ser inmaterial y fuera del tiempo y el espacio y el único que tiene tales cualidades es Dios. Como dice Génesis 1:1, “En el principio [tiempo] creó Dios los cielos [espacio] y la tierra [materia].” Acá tenemos una causa (Dios) y efecto (el universo).
5. Después de todo, solo hay dos posibilidades, o el universo es la primera causa incausado o Alguien fuera del universo es la primera causa incausada. Es interesante saber que, durante siglos, los ateos no tenían problemas en creer en un universo eterno pero sí tienen problemas con un Dios eterno. Si puedes tener un universo eterno entonces ¿por qué no puedes tener un Dios eterno, principalmente si este Ser está fuera del universo? En palabras del filósofo cristiano, John Lennox, “Al final del día, solo puede haber dos opciones, o la mente surgió de la materia o la materia surgió de la mente. Solo la primera [la mente eterna de Dios] tiene sentido ya que la materia no es eterna.” (Juan 1:1).
Resumiendo, sin Dios el universo no tiene sentido pues la mejor explicación razonable para esta pregunta de quién creó a Dios es nadie ya que un Ser que siempre ha sido (eterno) y que existe fuera del tiempo (donde la causa y el efecto no funcionan) o dentro de dimensiones múltiples de tiempo (tal que no hay ningún principio del plano de tiempo de Dios) no necesita ser creado. De ahí Dios es eterno, habiendo nunca sido creado.
“El infierno y el Paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.”
Borges cree que el castigo/recompensa (Infierno/ Cielo) que ofrece Dios para justos e injustos es muy extremista. Sin embargo, acá Borges (influenciado en el error del catolicismo de la cual se crió) ignora que la salvación no es por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-10) sino un regalo o don de Dios que recibimos al arrepentirnos de nuestros pecados y al poner nuestra fe en Jesucristo como nuestro único Señor y Salvador personal. Esto no quita que las obras no sean importantes puesto que tanto cristianos como no cristianos serán juzgados por sus acciones y recibirán un grado de recompensa o castigo “según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:2 y Apocalipsis 20:11-13).
Además, no tiene sentido que sintamos una responsabilidad moral (como admitió Borges en vida) sin un Juez moral que juzgue tales acciones y sin que haya consecuencias. Por tanto, si Dios es bueno, ¿cómo puede no haber infierno? ¿Dónde quedaría la justicia divina para los malos como Adolfo Hitler que lograron escapar la justicia humana? El mismo hecho de que Dios los castigará por sus pecados demuestra que es un Dios justo y necesario. Si Dios y el infierno no existieran entonces no habría forma de saber de los muchos crímenes sexuales u otros tipos de pecados ocultos que han cometido los que nunca fueron castigados por la justicia del hombre y por ende no podría haber justicia. Sin embargo, si el Dios que lo sabe todo y el infierno existen entonces, aunque logren escaparse de la justicia terrenal no podrán escaparse de la justicia divina pues “Dios no puede ser burlado” y juzgará sus malas acciones (incluyendo sus pecados secretos) las cuales se encuentran registradas y saldrán a la luz en el día del juicio final (Vea Gálatas 6:7 y Apocalipsis 20:11,12).
Además, la idea de que los malos serán aniquilados y no castigados por sus pecados suena bien atractivo para aquellos que quieran vivir su vida a su manera sin tomar en cuenta a Dios. Por tanto, el infierno es lógicamente necesario y moralmente apropiado porque un Dios santo y de amor demanda pago por el pecado. De otra forma Dios no sería justo y santo. Después de todo, que un hombre como Borges opina o no quiera creer en el Juez de la Biblia y el infierno no significa ni prueba que tales conceptos no son reales y que no será castigado por sus malas obras así como alguien que decida no creer en jueces ni en cárceles no hace que tales realidades no existan.
En cuanto a las consecuencias del infierno parece que Borges también sostiene que un acto finito no puede tener un castigo infinito ya que eso sería injusto y desproporcionado. Pero hay varias fallas en esta lógica. En primer lugar, tal supuesta “desproporción” lo vemos en la ley y justicia del hombre. Por ejemplo, cuando alguien comete un acto de homicidio que le tomó solo segundos y lo castigamos con cadena perpetua, pena de muerte o varios años de cárcel. ¿Significa eso que el largo tiempo de castigo para el asesino es injusto y desproporcionado por el acto inmediato que cometió? No. Lo mismo se puede decir de la justicia y la Ley de Dios. “Pero ¿y por qué el castigo de Dios tiene que ser por toda la eternidad?” Porque Dios es un Dios eterno y así como un acto criminal se puede llevar a cabo en cuestión de segundos, pero es castigado por la ley humana con varios años de prisión, cadena perpetua o pena de muerte, lo mismo se puede decir con Dios, el juicio y el infierno. Recordemos que pecar contra la autoridad de Dios es una violación más grande que cualquier autoridad del hombre. Por cierto, el mismo hecho de que tengamos cárceles es una prueba más de que en el fondo creemos en la moral objetiva con grados de castigos lo cual es un argumento a favor de la existencia del Dios de la Biblia.
En una entrevista con la revista, “Mundo Argentino”, 1956, se le preguntó a J.L. Borges, “¿Cree usted en Dios?” y Borges respondió que su idea de la divinidad era talvez algo impersonal en el propósito mental, moral y cósmico del universo, pero no el Dios personal de la Biblia.
Sin embargo, esto no explica el origen del universo puesto que un algo no puede crear un universo tan sincronizado con un ajuste fino y lleno de marcas de diseño. Como tampoco puede dar sentido, significado, propósito y moral a la vida ya que tales atributos solo pueden venir de un agente personal (Creador o Diseñador). Además, de que su panteísmo también quedaría descartado con el argumento cosmológico del Kalam. En otras palabras, somos personas con moral porque fuimos creados a imagen y semejanza de un Dios personal y moral.
De ahí es que radica nuestra valor, dignidad y propósito como seres humanos lo cual tiene más sentido a la luz de las Escrituras. Por tanto, ¿por qué Alguien y no algo? Primero porque los objetos abstractos no mantienen o sostienen relaciones causales como tampoco pueden crear algo tan complejo y ordenado como la vida y el universo. Eso no es coherente. Solo un agente libre puede dar cuenta de un efecto temporal de una causa atemporal. No una fuerza o causa impersonal. Por tanto, la causa tiene que ser Alguien (en este caso, Dios) puesto que una mente inteligente con libertad de voluntad es un atributo personal.
Una forma de ilustrar esto es con la famosa analogía del reloj, pintura o edificio las cuales son pruebas de un relojero, pintor y constructor. Aunque no hayamos visto a sus diseñadores. Lo mismo se puede decir de Dios y el universo (Salmo 19:1; Romanos 1:20 y Hebreos 3:4). Algunos ateos objetan a esto diciendo que esto es una falsa analogía lo cual no es cierto puesto que la única diferencia es que el mundo natural tiene más complejidad, orden y marcas de diseño que cualquier artefacto humano lo cual da más razón para creer que existe una mente inteligente detrás de nuestro universo ya que lo opuesto seria aceptar que todo vino por un azar evolutivo y de la nada lo cual es filosófica y operacionalmente imposible e irracional.
Cuando se le preguntó a Borges que ¿Por qué cree que existe un sentido moral y propósito en la vida? Borges dijo que “por intuición”.
Sin embargo, tal respuesta parece reforzar la idea de una moral objetiva lo cual es un argumento a favor del teísmo. Los apologistas cristianos lo resumen de la siguiente forma:
a. Sin Dios no existen valores morales objetivos.
(Pues sin Dios solo existe lo material, y lo material se rige por sus propias leyes de necesidad, por tanto no hay necesidad de decir que tal acto es moral o no moral si todo lo que existe es solo material. Es decir, no tiene caso juzgar lo que se rige por las propias leyes naturales, pues estas son LEYES que de una u otra manera han de seguirse).
b. Existen los valores morales objetivos.
En otras palabras, toda persona y sociedad que se considera un ente consciente y moral sabe que actos como violación, crueldad, etc. son males morales, no importa su entorno social. El ser humano nace con estos juicios en sí mismo.
c. Se concluye que Dios existe.
Pues para que haya leyes morales tiene que haber un legislador o Dador personal que puso tales leyes naturales en nuestra consciencia o “intuición”. Como está escrito, “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos 2:14-16).
Durante la entrevista, Borges también sostiene que su dios impersonal se crea asimismo por medio de un proceso evolutivo en el cósmico y que nosotros también podemos evolucionar hasta llegar a la perfectibilidad. Sin embargo, hay algunas incoherencias con esta forma de pensar.
Además de crear su propio dios imaginario que es parte de la creación para rechazar al verdadero Dios y Creador de todas las cosas, Borges parece querer asociar la moral con la naturaleza física lo cual no tiene sentido no solo a la luz bíblica sino también a la luz de la lógica y la razón. Me explico, las leyes morales no son algo material o cósmico. Hasta el mismo evolucionista Richard Dawkins y otros ateos amoralistas más honestos admiten que la ética no se puede basar en la ciencia y tampoco en la filosofía ateísta (Véase “El Capellán del Diablo” de Richard Dawkins). Es por eso por lo que el antirreligioso afirma que “no puede haber ni bien, ni mal sino nada más que despiadada indiferencia ciega.” (Richard Dawkins,River Out of Eden: A Darwinian View of Life, 1995).
Las leyes morales simplemente no son físicas sino mas bien inmateriales y vienen de agente personales. Es por eso que el hombre es una persona moral porque está creado a imagen de un Dios personal, inmaterial y moral. No a la imagen de los animales quienes no son agentes morales y solo actúan por instinto y sobrevivencia. Sin olvidar que la química, la física y la biología son descriptivos y no prescriptivos. Mientras que las leyes de la moral son eternas porque vienen de un Dios eterno. Si la moral viene de la evolución y la evolución es un proceso que cambia entonces la moral cambia. En otras palabras, lo que es malo ahora podría ser bueno mañana por lo que la teología o filosofía de Borges cae en un absurdo.
En cambio, en la teología cristiana, las leyes de la moral al igual que las leyes de la lógica y la razón no tienen nada que ver con un proceso cósmico evolutivo y mucho me nos Dios quien no tiene que llegar a un nivel de perfectibilidad porque siempre ha sido Perfecto mientras que el hombre moderno no está llegando tampoco a ese nivel de mejoramiento. Al contrario, sigue empeorando intelectual y moralmente. Borges cree que la moral es incompatible con el Dios personal de la Biblia pero ignora que en realidad es inconsistente con el ateísmo y un argumento a favor del teísmo. De hecho, el ateísmo implica más bien el nihilismo la cual es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera realmente objetiva ningún significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial. Por tanto, la moral sólo hace sentido en un mundo teísta donde el Dios personal de las Escrituras escribió sus leyes las cuales están basados en su carácter y atributos divinos en nuestra consciencia (Romanos 2:14-15 y Jeremías 31:33).
“Morir por una religión es más simple que vivirla con plenitud”
Todo depende de lo que Dios quiera por lo que nos hacemos eco de las palabras de Pablo, “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.” (Romanos 14:8-9).
Borges apela al problema del mal para negar al Dios perfecto de la Biblia.
Borges (quizás influenciado por los filósofos ateos y agnósticos de su tiempo) parece pensar que los argumentos del problema del mal refutan la existencia de un Dios bueno y omnipotente. Este tipo de viejo argumento es falaz pues ignora que toda creación de Dios era perfecta hasta que entró el pecado en el mundo y todo se corrompió (incluyendo el cuerpo humano). Por eso ahora pecamos, nos enfermamos, envejecemos y morimos. Pero en el principio no era así. Por tanto, la Biblia nos enseña que después de la caída del hombre todo tiende al desorden y la corrupción (entropía) que es lo que precisamente enseña la segunda ley de la termodinámica. Así que si el mundo ya no es perfecto no es por culpa de Dios sino por culpa del hombre. Culpar a Dios sería como comprarse un auto nuevo y en perfectas condiciones, pero luego no le das buen mantenimiento o lo chocas y tratas de echarle la culpa a la fábrica que lo hizo cuando en realidad usted fue el responsable del daño de ese carro.
Y aunque Dios nos da libre albedrío para hacer el bien o el mal lo cual es respetar nuestra libertad de escoger hay que recordar que también nos hace responsables de nuestras propias acciones a través de nuestra consciencia y su ley escrita (Romanos 2:14-16). Por tanto, toda mala obra que hagamos (como el abuso de los niños) será juzgada y castigada en su debido tiempo en esta vida (a través de la ley del hombre) y en la otra (infierno) (Vea Mateo 18:6; 2 Corintios 5:10 y Apocalipsis 20:11-13). El reconocido filósofo cristiano y profesor en la universidad de Notre Dame, Alvin Platinga, también explica esta pregunta de “¿Si un Dios bondadoso existe, por qué existe la maldad?” con su defensa del libre albedrio en el siguiente video:
Además, el llamado problema del mal de Epicuro fue algo que Cristo mismo refutó en Mateo 13:24-30. La existencia del mal no fue sorpresa para ninguno de los primeros cristianos y Dios mismo explica en Génesis 3 el origen del mal y su finalidad en Apocalipsis 20. El mundo actual es una chatarrería. Pero la buena noticia es que Dios promete arreglarlo tal como era en el principio (Vea Romanos 8:21-23 y 2 Pedro 3:13) y destruir el mal tal como lo ha dicho en varias partes de las Escrituras.
“¿Pero no demuestran estas afirmaciones de Borges que era ateo o al menos agnóstico o panteísta como Baruch Spinoza?“
No necesariamente, pues, aunque Borges no profesó religión alguna y se declaró algunas veces agnóstico y en otras ateo hubo también momentos en la que dejó en ocasiones la puerta abierta e la Trascendencia. Acá algunos ejemplos, el mismo Borges dijo en “Otras Inquisiciones” que “todo hombre culto es un teólogo, y para serlo no es indispensable la fe.” Tales palabras serian inaceptable para los nuevos ateos militantes quienes desprecian la teología en especial la cristiana. No solo eso, aunque es muy posible que tampoco creyera que Jesús era Dios sin embargo sentía gran admiración por su persona al punto que le dedicó dos poemas, una titulada, “Juan, 1, 14” y otra “Lucas, XXIII”. También consideró a Jesús como el más alto de los maestros orales, más que Buda, Pitágoras o Sócrates (Paradiso XXXI, 108 y Cristo en la Cruz, Jorge L. Borges). De nuevo, esta forma de pensar es incompatible con el nuevo ateísmo la cual siempre ha mostrado hostilidad hacia la persona de Jesucristo a través de blasfemias e insultos al punto que hasta niegan su existencia histórica.
Como si fuera poco, Borges le admitió a un amigo suyo que, por amor de su madre católica, Doña Leonor, rezaba cada noche un Avemaría. De hecho, ante la sorpresa de las personas que le rodeaban en su lecho de muerte (pues había dicho que no tenía deseo a la inmortalidad ni la religión), pidió ver a un sacerdote católico. En diálogo con LA NACION y en una actividad religiosa donde participaron pastores y sacerdotes que conocieron personalmente a Borges, María Kodoma, viuda de Borges, dijo que su difunto marido, “Quiso conversar con un sacerdote católico por su madre y con uno protestante por su abuela inglesa, a la que adoraba. De modo que eso se hizo y se rememoró a los 25 años de su muerte y ahora de nuevo”. Por tal razón se hizo un servicio católico y otro protestante en el entierro y luego en la evocación del desfile donde se le rindió tributo ante la tumba del autor en el cementerio de Plainpalais en Ginebra, ciudad que amaba desde su infancia y donde estudió en el Colegio Juan Calvino.
Todo esto indica esto parece indicar que en el fondo, Borges seguía creyendo en el Dios cristiano y que quizás su "ateísmo" era solo una moda para identificarse con los intelectuales de la época. De hecho, el caso del supuesto ateísmo de Borges y tributo que le rindieron ante su tumba me hace recordar el famoso director de cine español, Luis Buñuel (a veces llamado un “ateo católico”) cuyas cenizas se encuentran en una iglesia mexicana llamada el Templo de Santo Domingo. Lo mismo pasó con los restos del famoso filósofo ateo y anticristiano, Friedrich Nietzsche, que también se encuentran en una iglesia de su pueblo natal en Röckener y del sobrevalorado científico ateo, Stephen Hawking (quien visitó varias veces al papa) y el llamado padre de la evolución, Carlos Darwin, quienes se encuentran sepultados en la iglesia de Westminster en Reino Unido. Aunque después de 30 años, ahora los hijos de Buñel dicen que ya no están allí sino que las lanzaron supuesta y secretamente en Calanda para evitar la tremenda ironía. En fin, que cada uno llegue a su propia conclusión, saludos