El Papa Francisco ha instituido el «Domingo de la Palabra de Dios», el día dedicado a la celebración, colaboración, reflexión y divulgación de la Santa Biblia. Para su correcta celebración, el Santo Padre ha dado algunas sugerencias que requieren ser acogidas por todas las comunidades católicas.
El Sumo Pontífice, respondiendo a las «solicitudes solicitadas que me han llegado del pueblo de Dios», ha establecido que el III Domingo del Tiempo Ordinario se celebre a la Palabra de Dios de modo solemne.
Sobre el modo de celebración, el Papa Francisco nos da estas sugerencias:
– Será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, un fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios
– En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor.
– En este domingo, los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar en un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia.
– En efecto, es fundamental que no falte ningún esfuerzo para que algunos fieles se preparen con una formación adecuada a los verdaderos anunciadores de la Palabra, como sucede de manera ya habitual para los acólitos o los ministros extraordinarios de la Comunión.
– Asimismo, los párrocos pueden encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina.