NOTICIACRISTIANA.COM – Los mandamientos de Dios han sido fundamentales a lo largo de la historia para guiar las acciones y la moral de las sociedades y los individuos. Más allá de su valor religioso, los mandamientos representan un código de conducta esencial para fomentar la convivencia pacífica y el desarrollo humano integral.
Comprender y adherirse a los mandamientos de Dios no solo implica un acto de fe, sino también un compromiso con la construcción de una sociedad basada en la ética y el amor al prójimo.
El apóstol Arnold Ballesteros, en el programa “Cristo es Vida”, reflexiona sobre la espiritualidad y la relación íntima con Dios. Por lo tanto, considera que tener los mandamientos va más allá de simplemente poseer una Biblia.
Según Ballesteros, tener los mandamientos implica tenerlos en lo más profundo del corazón. Quienes obedecen estos mandamientos demuestran su amor incondicional por el Señor y reciben amor de Dios.
Venida espiritual e interna
Ballesteros también habló sobre la venida espiritual e interna del Señor, señalando que aquellos que lo aman verdaderamente tendrán la oportunidad de experimentar su manifestación. Sin embargo, destacó que el mundo no puede ver ni conocer esta manifestación debido a su falta de conexión espiritual.
Haciendo referencia a Hebreos 9:28, Ballesteros subrayó el sacrificio de Cristo como completo y consumado, afirmando que él aparecerá nuevamente como un espíritu vivificante para salvar a aquellos que creen en él.
Esta salvación, explicó, implica una obra inmensa que transforma los corazones, limpiándolos, purificándolos y llevándolos a la imagen de Cristo.
El apóstol también citó 1 Juan 3:2-3, destacando la importancia de tener una expectativa continua y constante en el Señor, lo cual purifica el corazón y permite crecer en la naturaleza de Cristo.
Permitir la luz de Dios
Además, se refirió a 2 Corintios 4:6, resaltando la necesidad de permitir que la luz de Dios resplandezca en nuestros corazones para conocer la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Ballesteros hizo hincapié en que el Evangelio se centra en conocer íntimamente a Cristo en el interior de nuestros corazones, lo cual implica una transformación continua y una pérdida de nuestra propia vida para ser llenados con la vida de Cristo.
Aludiendo a Lucas 9:23 y Mateo 10:38, el apóstol enfatizó la importancia de negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz diariamente para seguir a Cristo.
Finalmente, citando Juan 5:37-40, Ballesteros instó a que la búsqueda de la vida eterna se centre en Cristo mismo, y no simplemente en el estudio de las Escrituras, subrayando que las Escrituras testifican de Cristo, quien es la verdadera fuente de vida eterna.
Estas declaraciones reflejan la profunda comprensión espiritual del apóstol Ballesteros y su enfoque en cultivar una relación íntima y transformadora con Dios.
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