INDIA.- María, más conocida como Nagamma “madre de serpientes”, fue nombrada como “diosa” por sus poderes ocultistas. Luego de aceptar a Jesús como su personal salvador y experimentar el amor de Dios, la ex espiritista es un arma poderosa contra el reino de satanás.
Para el mundo cristiano, una serpiente simboliza el mal y el mismo diablo. No obstante, los hindúes ven a las serpientes como criaturas divinas dignas de adoración.
Por otra parte, Maria creció como hindú en el sur del pais, amar a las serpientes era algo natural para ella. Su padre, un destacado mago de la magia negra y le enseñó el oficio a su hija desde muy joven.
Cuando era tan solo una pequeña, una cobra la mordió mientras intentaba darle de comer. Sus padres la llevaron rápidamente a un médico y en tres días, su salud mejoró, pero comenzó a sentirse diferente tanto en cuerpo como en mente. “Empecé a actuar como una serpiente”, explica con naturalidad María. Pronto, todo lo que quería hacer era sentarse en el templo dedicado a las serpientes.
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Para la sociedad, la ex espiritista se había convertido en una diosa serpiente. A medida que su fama aumentaba, la gente de su comunidad comenzó a traerle ofrendas de toda índole. Sin embargo, Dios ya la tenía en la mira. Unos misioneros en Medio Oriente visitaron a María y su familia, les impartieron folletos y biblia, les hablaron de Jesús y su amor.
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