NOTICIACRISTIANA.COM – El apóstol Juan explicó que Cristo demostró, que Dios es luz y en él no hay tinieblas (1 Juan 1:5). La luz es la naturaleza y el carácter de Dios, por lo tanto, toda luz proviene de él. Desde el inicio de los tiempos, Dios creó la luz para dividir la luz de las tinieblas, que había en toda la tierra (Génesis 1:1-16).
Jason Henderson, a través del programa “Cristo es Vida”, explica, que el evangelio es el poder de Dios, que hace algo en nuestros corazones. Es decir, es un poder que viene de arriba, y obra en el hombre, para sacarlo de ese primer nacimiento, que representa a Egipto, la esclavitud y la muerte.
Agrega que la primera forma en que el hombre conoce el poder del evangelio, es a través del fulgor espiritual o la obra de Dios. En este sentido, indica que el evangelio tiene una luz, para discernir la diferencia entre lo terrenal y lo celestial. La luminosidad es necesaria porque con la mente natural no podemos diferenciar entre lo espiritual y lo natural, y es Jesús, esa luz de Dios para sacar al hombre de la oscuridad y el caos. Leer Mateo 6:23.
“La luz viene primero y es un aspecto de la gracia de Dios, viene en el poder de Dios, no proviene del hombre. La salvación del hombre es por la gracia. Dios mismo nos enseña, cómo opera su gracia en nosotros. La gracia de Dios, se manifiesta para salvación de todos los hombres para que experimentemos su salvación. La gracia, nos enseña lo que debemos negar y buscar”, acotó Henderson. Leer Capítulo 2 de Tito.
“La luz de Dios, es una manifestación de su gracia, y no elimina la justicia de la ley, sino que la cumple dando y formando en nosotros la naturaleza y la justicia. La carne no pudo cumplir la justicia de Dios, porque era débil, la gracia vino para darnos un poder, para decir que si podemos cumplir esa justicia”, mencionó el predicador. Leer Romanos 7:12, 8:12; Gálatas 3:21.
Por consiguiente, precisa que la gracia mata la carne, y vivifica la vida de Cristo, en nosotros; es la libertad de mi vida para caminar en la vida de alguien más.
Rechazo a la gracia de Dios
“En el evangelio necesitamos la experiencia de la vida de Dios, viviendo en nosotros, no solo necesitamos la doctrina que describe la vida. El evangelio es una puerta abierta, un grano de mostaza dado al hombre, con el propósito de crecer, conquistar y experimentar al Señor. La obra de Dios inicia en nosotros como una luz, que nos hace ver la división entre cosas diferentes, entre dos caminos, dos hombres, no es una luz que permite solo ver cosas comunes. Pablo lo afirmó en sus cartas a los Efesios, que la luz hace que las cosas sean manifestadas”, destacó Henderson.
Además, expresa que alas primeras apariciones de luz, los hombres la rechazan. Esto porque la luz de Dios o de Cristo en nuestro corazón no viene según nuestras expectativas.
Una luz que expone lo que pasa
En otras palabras, Cristo en el corazón del hombre viene como una luz que expone lo que pasa y lo que no pasa, pero se tiende a rechazar esa luz que nos introduce al poder. Leer Juan 3:19.
La luz aparece y no venimos a ella, porque no queremos ver las tinieblas en las que vivimos. Hay una naturaleza que se llama carne que lucha contra el Espíritu de Dios. La razón por la cual no estamos caminando en esa luz que viene de lo alto, es porque rechazamos esos pequeños vislumbre en nuestros corazones”, concluye Henderson. Leer hechos 7:21.
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