¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. 1 Juan 3:1

Señor nuestro Dios, te damos gracias por ser tus hijos y por ser guiados por tu mano. Danos paciencia y fe, especialmente cuando nuestro camino en el mundo parece difícil y la vida está llena de problemas y dificultades. Tú eres luz, nos muestras el camino recto. Vas delante de nosotros en la abnegación y paciencia que nos enseña tu Palabra. Protégenos en todos nuestros caminos. Que tu reino crezca entre nosotros hasta que podamos ver claramente que tú, oh Dios, estás verdaderamente con nosotros haciendo tu obra y llenándonos de alegría, aunque parezca inútil todo lo que hacemos. Pero tu obra perdura; en ella nos regocijamos y queremos darte gracias todos los días. Amén.

 

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