Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:31-32
Amado Padre que estás en el cielo, concédenos ir a ti en el Espíritu. Por medio de tu Espíritu júntanos a muchas personas en el mundo en torno a nuestro Señor Jesucristo, el gran Salvador de la humanidad. Que nuestros corazones sean verdaderamente libres, pues tú nos liberas de toda atadura a nuestra propia naturaleza, y al mundo que nos rodea. Como personas libres, que seamos guiados con seguridad en medio de angustia, temor, carencia, necesidad y muerte. Que seamos hijos felices, llamados por Jesucristo a la vida, hijos que no se desalientan por las dificultades, sino que luchan con alegría por tu reino hasta que pueda ser revelado al mundo entero. Amén.
Artículos recientes de Plough
|
Hardy Arnold
Corazón ardiente: La leyenda de HelióferoHabía una vez una gente perdida en un bosque inmenso y oscuro, viviendo sin esperanza… Leer |
|
Brandon James O’Neil
Con María al pie de la cruzTal como Jesús terminó con un ciclo cósmico de violencia, María es un poderoso símbolo de amor no violento. Leer |