A ti, oh Dios de Sión, te pertenece la alabanza. A ti se te deben cumplir los votos, porque escuchas la oración. A ti acude todo mortal. Salmo 65:1-2
Señor nuestro Dios y Padre, del silencio reverente proviene la alabanza debida a ti, oh Dios de Sión. Es justo que nosotros te alabemos y cumplamos nuestras promesas contigo. De todas partes vendrán personas a ti, porque respondes a la oración. Protégenos a tus hijos en la misión que nos has dado. Vela sobre nosotros, para que podamos servirte rectamente y recibir de ti los dones que necesitamos para avanzar hacia tu reino y dar testimonio de tu nombre. Ayúdanos en cada paso del camino. Que nuestras vidas se encomienden en tus manos, y que siempre encontremos nuestra fortaleza en ti, nuestro Dios y Salvador. Amén.