Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el Señor, que de ti se compadece—. Isaías 54:10
Señor, oh grande y todopoderoso Dios, te damos gracias porque nos has dado al Salvador, en quien podemos estar unidos y tener paz en la tierra. Pedimos que el Salvador obre poderosamente en la humanidad. Que venga tu Espíritu a los corazones humanos, para que aprendan a reconocerte como su líder y su Dios, y que tengan regocijo en sus vidas, que están destinadas para la vida eterna. Bendícenos por medio de tu Palabra y a través de todo lo bueno que haces por nosotros. Renueva y fortalece constantemente nuestra fe y paciencia, mediante la gracia que nos envías. Acuérdate de todos los pueblos que deben volverse tuyos en el nombre de Jesucristo. Que todos confiesen que Jesucristo es el Señor, para honor de Dios Padre. Te alabamos por la promesa que nos has dado, de un maravilloso nuevo día de ayuda para todos. Te alabamos porque has creado a cada persona para reconocer su verdadero llamamiento y su camino a la salvación. Amén.