NOTICIACRISTIANA.COM.- Han pasado dos semanas desde que Fawzia Amin Saydo, rehén yazidí, secuestrada por el ISIS, fuera rescatada del cautiverio en Gaza por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en una operación conjunta con la Embajada de Estados Unidos.

Los yazidíes son una minoría étnica y religiosa kurda que practica una antigua religión sincrética. Mezclando elementos del cristianismo, el zoroastrismo y antiguas religiones mesopotámicas.

Desde entonces, Fawzia ha regresado con su familia en Sinjar, en el norte de Irak. Esta semana participó en su primera entrevista grabada desde su liberación, dando testimonio de su vida en manos de ISIS.

Alan Duncan, ex soldado británico y documentalista, formó parte de un grupo en Israel que se enteró de la situación de Fawzia en julio y presionó a las autoridades israelíes para su liberación.

Debido a su participación, la familia Saydo le dio a Alan Duncan la primera entrevista grabada con Fawzia. Esta semana, el periódico británico The Sun publicó extractos de la entrevista, que duró dos horas.

La entrevista revela nuevos detalles sobre la situación personal de Fawzia y las experiencias de los niños yazidíes esclavizados por ISIS en 2014. A pesar de los horrores narrados, Fawzia mantiene la calma y comparte bromas con su familia.

Capturada con hermanos

Fawzia Saydo fue capturada por Estado Islámico (ISIS), en el verano de 2014, cuando tenía 11 años, junto con dos de sus hermanos.

Después de su captura, ella y uno de sus hermanos fueron obligados a participar en una marcha obligatoria desde Sinjar hasta Tal Afar, que en ese momento estaba bajo control del Estado Islámico. El viaje duró de tres a cuatro días, durante los cuales los yazidíes no recibieron comida de sus captores.

ISIS y la ‘Carne de bebé’

Según Fawzia, al llegar a Tal Afar “nos dijeron que nos darían comida. Hicieron arroz y nos dieron carne para acompañarlo. La carne tenía un sabor extraño y algunos de nosotros tuvimos dolores de estómago después”.

“Cuando terminamos, nos dijeron que era carne de bebés yazidíes”.

“Nos mostraron fotografías de bebés decapitados y dijeron: ‘Estos son los niños que os coméis ahora’. Una mujer sufrió insuficiencia cardíaca y murió poco después. Allí también estaban las madres de estos bebés. Una madre reconoció a su propio bebé por sus manos”.

Y, ante el silencio del entrevistador provocado por el horror, continúa: “Es muy difícil, pero no fue culpa nuestra. Nos obligaron. Pero es muy difícil saber que esto sucedió. Pero no estaba en nuestras manos”.

Vian Dakhil, miembro yazidí del parlamento iraquí, fue el primero en revelar detalles sobre esta práctica de ISIS en 2017. Dakhil compartió testimonios que había recopilado, similares a los relatos de Fawzia Saydo.

Bajo el control de ISIS

Fawzia estuvo bajo el control de ISIS durante nueve meses en una prisión subterránea junto a otras 200 mujeres y niños yazidíes. Las condiciones eran extremas, y algunos niños murieron por beber agua contaminada.

Después de ser trasladada a un edificio que parecía una escuela, Fawzia y otras cuatro niñas yazidíes fueron obligadas, por la gente del ISIS, a convertirse al Islam y luego vendidas a un hombre llamado Abu Mohammed al-Idnani.

Fawzia fue entregada a un hombre que la violó por primera vez cuando tenía apenas 10 años. Recuerda haber sido vendida cinco veces, pasando a manos de “un sirio, un saudí, otro sirio” y finalmente al combatiente yihadista de Gaza que “se casó con ella”.

Ella lo conocía por su nombre de guerra Abu Amar al-Makdisi. El término “Makdisi” se utiliza generalmente entre los yihadistas para referirse a un musulmán árabe palestino, en relación con el término islámico para Jerusalén, “Bayt al-Makdis”. Sin embargo, el “marido” de Fawzia era un ghatiano, no un jerosolimitano.

Traslado

Fawzia parece tener 15 o 16 años cuando se casó con el yihadista de Gaza. Como resultado de los repetidos abusos, tuvo dos hijos, un niño y una niña.

Abu Amar al-Makdisi, fue capturado por las fuerzas de la Coalición y encarcelado en una de las prisiones administradas en Siria, por las Fuerzas Democráticas Sirias alineadas con Estados Unidos.

Fawzia y sus hijos fueron llevados al campo de prisioneros para familias de ISIS luego de eso. Desde allí, los yihadistas huyeron a la provincia de Idlib, controlada por grupos islamistas.

Allí, la red del ISIS le proporcionó un pasaporte jordano falso, y ella y sus hijos fueron llevados por la familia de su “marido” a El Cairo y luego a Gaza, controlada por Hamás.

En Gaza, Fawzia fue mantenida como una especie de esclava doméstica por la familia de su “marido”. En un momento dado, parece haber estado “casada” con uno de sus hermanos, que luego fue asesinado durante los enfrentamientos entre Israel y Hamás.

Durante un tiempo, Fawzia residió con otras mujeres jóvenes en el Hospital Shuhada al-Aqsa en Deir el-Balah, en el centro de Gaza, una instalación controlada por hombres armados de Hamas, según su testimonio.

Rescatada por Israel

Finalmente, como ahora es bien sabido, gracias a los esfuerzos de su familia, un filántropo judío canadiense, sus partidarios en Israel y las FDI, fue rescatada a principios de octubre y devuelta a su familia en Irak.

Sus hijos permanecen con la familia de Makdisi en Gaza, donde están siendo criados como árabes musulmanes.

Fawzia concluye su declaración de manera simple y clara: “Hasta que regresé a Irak, fui una ‘sabaya’ todo el tiempo, también en Gaza”.

“Sabaya” es un término árabe que se refiere a una joven cautiva y explotada sexualmente. El periodista que siguió la entrevista informó que cada vez que la veía hablar, Fawzia parecía una joven de excepcional fuerza y ​​dignidad.

Imágenes extraídas de Guiame, Infobae

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