El canal de Youtube «Preguntas incómodas» ha publicado un video titulado «¿Cómo SERÍA el mundo SIN la IGLESIA?» en el que su conductor, conocido por ser bastante anticatólica, al parecer tuvo un arranque de honestidad y ha reconocido los importantes aportes de la Iglesia a la ciencia.

«Sin la Iglesia perdió carros voladores y máquinas del tiempo», «por culpa de la Iglesia la ciencia se retrasó 100 años», «en la época medieval la Iglesia quemaba libros, odiaba el conocimiento y mandaba a quemar a cualquier persona inteligente». ¿Has escuchado alguna vez esas acusaciones en contra de la Iglesia?

Sí, son acusaciones bastante comunes entre personas con poco o nulo conocimiento de la historia pero con bastante tiempo libre para desparramar su ignorancia en redes sociales. Pues la mayoría de esos mitos son derrumbados en el último video de «Preguntas incómodas» que compartimos al final de este artículo.

Si no tienes tiempo de ver ese video, aquí hacemos un repaso a los principales aportes de la Iglesia que allí podemos encontrar.

Sin la Iglesia no necesitamos universidades

En el siglo V después de Cristo el Imperio Romano se caía a pedazos y cada uno tenía problemas de sobrevivir como podían. Y aunque muchos piensan que la Iglesia aprovechó el momento para erigirse como el nuevo poder hegemónico y destruir todo el conocimiento clásico, la realidad es completamente distinta.

Mientras el mundo se destruye por las guerras, los monjes, encerrados en sus monasterios, custodiaron muchos textos clásicos de filósofos y poetas. Los pocos textos que sobrevivieron a la destrucción y que llegó a sus manos, eran celosamente cuidados por estos monjes.

Además, en aquella época, los únicos interesados ​​en aprender a leer, escribir y saber varios idiomas eran los monjes católicos. El resto de la gente no tiene mucha mucha utilidad a ese conocimiento ya que estaban más preocupados por sobrevivir a las guerras.

En el siglo VIII, Carlo Magno quiso hacer una reforma educativa y puso una carga del proyecto al monje benedictino Alcuino de York quienes encontraron los libros rescatados por los monjes católicos para crear grandes escuelas que en un futuro se convertirían en universidades.

Sin la Iglesia el arte sería muy distinto

Todas las artes, nos guste o no, fueron grandemente influenciadas por la Iglesia.

Por ejemplo, en materia musical le debemos el actual sistema de notas (Do, Re, Mi Fa, Sol, La, Si) tiene su origen en un himno tradicional a San Juan Bautista. Así es. Las notas musicales usadas hoy por todos los músicos del mundo tienen un origen católico.

En cuanto a la pintura, el Papa Julio II fue protector de grandes pintores como Rafael y Miguel Angel. En cuanto a Arquitectura, la Iglesia promovió el desarrollo de nuevas técnicas que hasta el día de hoy maravillan al mundo y que permanecerán plasmadas en preciosos templos como la Catedral de Notre Dame o la Catedral de Burgos.

Sin la Iglesia la Ciencia serían distintas

En el Siglo XIII Alberto Magno, maestro de Santo Tomás de Aquino, defiende la coexistencia de la religión y la ciencia. El sistema heliocéntrico fue idea del monje prusiano Nicolás Copérnico. El sistema decimal y el 0 fue modificado en occidente por el Papa Silvestre II en el siglo X. El principio de razonamiento conocido como Navaja de Ockham fue idea del monje franciscano y filósofo Guillermo de Ockham. Roger Bacon, uno de los precursores del método científico, era frágil franciscano. ¿El padre de la genética? el monje agustino Gregor Mendel. ¿El primero en proponer la teoría del Big Bang? el padre Georges Lemaître.

¿Por qué una Youtuber anticatólica reconoce estos aportes de la Iglesia?

«Te contado todo esto no porque haya tenido un arranque repentino de fe y ahora defiendo un Panchito y los suyos», explica el youtuber al final de su video. Además cuenta que en su canal hay mucho material de crítica a la Iglesia y a las religiones en general.

«Hemos querido dos cosas: la primera, tratar de derribar ese cliché por el cual la Iglesia según el cual por culpa de la Iglesia somos más atrasados ​​y la segunda reconocer sus aportes en el avance del conocimiento», concluye.