Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. Proverbios 3:11-12
Señor nuestro Dios, te damos gracias porque, a pesar de toda la maldad, podemos mirar hacia el bien y hacia un cambio favorable. Porque tu amor, tu Espíritu de amor, está con nosotros. Pese a todo lo que anda mal, podemos cambiar. Por medio de una fe auténtica podemos llegar a ser dignos delante de ti. Todo puede resultar para bien. Las naciones pueden tener alegría y regocijarse en la vida, ya que estás obrando en ellas para ayudarlas a cambiar. Amén.