Tu amor, Señor, llega hasta los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes… ¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas. Salmo 36:5, 7
Señor nuestro Dios, volvemos nuestra mente y corazón a ti. Ven a nosotros y concédenos tu Espíritu. Que tu Palabra sea una bendición para nosotros. Te agradecemos que esta Palabra la hemos recibido en Jesucristo, nuestro Salvador. Dios Todopoderoso, extiende tu mano sobre todo el mundo. Que tu Espíritu traiga una era nueva, una era de verdad, justicia y amor, una era de paz que proviene de ti. Oh Señor Dios, somos tus hijos, y como hijos tuyos oramos a ti en el nombre de Cristo Jesús. Tú nos escucharás, y esperamos con alegría el tiempo cuando se cumplirán todas las promesas; el tiempo anunciado por los profetas y especialmente por tu Hijo, Jesucristo. Permanece con nosotros y reúnenos en tu Espíritu. Amén.