China ha simulado ataques de precisión contra objetivos clave en Taiwán y sus aguas circundantes durante un segundo día de ejercicios militares.
Las maniobras, que Pekín ha calificado de “severa advertencia” a la isla autónoma, son una respuesta a la visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos el pasado 5 de abril.
Mientras los militares chinos simulaban rodear la isla, Estados Unidos instó a China a mostrar moderación.
Según Taiwán, unos 70 aviones chinos sobrevolaron la isla el domingo. También se avistaron 11 barcos chinos.
El sábado, Taipei declaró que 45 aviones de guerra cruzaron la línea mediana del estrecho de Taiwán -la línea divisoria no oficial entre el territorio taiwanés y el chino- o volaron en la parte suroccidental de la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.
La operación, bautizada por Pekín como “Espada conjunta”, continuará hasta el lunes.
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El sábado, funcionarios de defensa de Taipei acusaron a Pekín de utilizar la visita de la presidenta Tsai a Estados Unidos como “excusa para realizar maniobras militares, lo que ha socavado gravemente la paz, la estabilidad y la seguridad en la región”.
En el primer día de maniobras, uno de los buques chinos disparó un proyectil mientras navegaba cerca de la isla de Pingtan, el punto más cercano de China a Taiwán.
El Consejo de Asuntos Oceánicos de Taiwán, que dirige la Guardia Costera, publicó un video en el que se veía a uno de sus barcos siguiendo de cerca a un buque de guerra chino, aunque no facilitó su ubicación.
En las imágenes se oye a un marinero decir al buque chino a través de una radio: “Están perjudicando gravemente la paz, la estabilidad y la seguridad de la región. Por favor, den la vuelta inmediatamente y váyanse. Si siguen adelante tomaremos medidas de expulsión”.
Otras imágenes mostraban a un buque de guerra taiwanés, el Di Hua, acompañando al barco de la Guardia Costera en lo que el oficial de la Guardia Costera llama un “enfrentamiento” con el barco chino.
Aunque las maniobras chinas terminaron al anochecer del sábado, funcionarios de defensa de Taipei declararon que los vuelos de los aviones de combate se reanudaron el domingo por la mañana.
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Funcionarios del Departamento de Estado estadounidense han instado a China a no aprovecharse de la visita de la presidenta Tsai y le han pedido “moderación y que no cambie el status quo”.
Un portavoz del Departamento de Estado declaró que Estados Unidos “sigue de cerca las acciones de Pekín” e insistió en que su país dispone de “recursos y capacidades suficientes en la región para garantizar la paz y la estabilidad y cumplir sus compromisos de seguridad nacional”.
EE.UU. rompió sus lazos diplomáticos con Taipei en favor de Pekín en 1979, pero está obligado por ley a proporcionar a Taiwán los medios para defenderse.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha afirmado en varias ocasiones que EE.UU. intervendría si China atacara la isla, pero los mensajes estadounidenses han sido confusos.
En la reunión del miércoles en California, Tsai agradeció al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, el “apoyo inquebrantable” de Estados Unidos, y afirmó que contribuía a “asegurar al pueblo de Taiwán que no estamos aislados ni solos”.
McCarthy tenía previsto viajar a Taiwán, pero optó por celebrar la reunión en California para evitar exacerbar las tensiones con China.
Los medios estatales chinos declararon que los ejercicios militares, que se prolongarán hasta el lunes, “organizarán simultáneamente patrullas y avances alrededor de la isla de Taiwán, dando forma a una postura de cerco y disuasión”.
Añadió que las fuerzas armadas chinas habían desplegado “artillería de cohetes de largo alcance, destructores navales, barcos lanzamisiles, cazas, bombarderos, interferidores y repostadores”.
Pero en Taipei, la capital de Taiwán, los residentes parecían imperturbables ante las últimas maniobras chinas.
“Creo que muchos taiwaneses ya se han acostumbrado, la sensación es como, ¡aquí vamos otra vez!”. dijo Jim Tsai el sábado.
Por su parte, Michael Chuang dijo: “Parece que a ellos [China] les gusta hacerlo, rodear Taiwán como si fuera suya. Ya estoy acostumbrado”.
“Si nos invaden, no podremos escapar. Veremos qué nos depara el futuro y seguiremos a partir de ahí”
El estatus de Taiwán ha sido ambiguo desde 1949, cuando la Guerra Civil china se decantó a favor del Partido Comunista de China y el antiguo gobierno del país se retiró a la isla.
Desde entonces, Taiwán se considera un Estado soberano, con constitución y dirigentes propios.
China, por su parte, considera el territorio como una provincia separatista que acabará cayendo bajo el control de Pekín, por la fuerza si es necesario.
El presidente chino, Xi Jinping, ha afirmado que la “reunificación” con Taiwán “debe cumplirse”.