Llegarán días —afirma el Señor—, en que cumpliré la promesa de bendición que hice al pueblo de Israel y a la tribu de Judá. Jeremías 33:14
Señor nuestro Dios, que tu gracia reine en nuestros corazones y tu amor llegue a nosotros como realización gloriosa de tu promesa de bendición, para que en nuestro tiempo tengamos comunión unos con otros, para alabarte y adorarte. Entonces seremos un pueblo que te pertenece y recibe tu ayuda. Oramos para que bendigas tu Palabra dentro de nosotros. Enséñanos una y otra vez cómo guardar tu Palabra, cómo ser tus hijos en hechos y en verdad. Que recibamos fortaleza de corazón, siempre que experimentemos una gran aflicción. Permite que tu voluntad se revele en todas partes; permite que toda la humanidad conozca que tú reinas, que nos ayudas y estarás con nosotros por toda la eternidad. Porque has escrito nuestros nombres, y deseamos estar contigo, Padre celestial. No deseamos nada más que ser tus hijos en este mundo, ser hijos bajo tu cuidado por toda la eternidad. Amén.