Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:4-7
Amado Padre que estás en el cielo, permite que tu alegría siempre esté con nosotros, tus hijos. Permite que tu alegría nos traiga luz y paz a nuestras vidas, sin que importe lo que sucede a nuestro alrededor. Que te sirvamos con alegría, conscientes de tu paz en todo momento, para que algo de esa paz salga de nosotros hacia los corazones afligidos y a las regiones del mundo que están en tinieblas. Padre celestial, ¡cuántas personas infelices buscan ayuda sin saber dónde encontrarla! Pero tú vendrás a ellos .Te suplicamos estar con los que lloran, y permíteles encontrar alegría y confianza para su redención en Jesucristo. Amén.