Este viernes 8 de septiembre, las islas Kermadec de Nueva Zelanda fueron sacudidas por un fuerte sismo de magnitud 6,6, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). El movimiento telúrico se presentó hacia las 4:09 a. m.

De acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano, este fenómeno tuvo una profundidad de 90 kilómetros al sur de las islas mencionadas, en el continente oceánico. Las autoridades descartaron riesgo de tsunami.

“No hay amenaza de tsunami para Nueva Zelanda tras el terremoto de magnitud 6,6 en las islas Kermadec. Según la información actual, la evaluación inicial es que es poco probable que el terremoto haya causado un tsunami que represente una amenaza para Nueva Zelanda”, señaló la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (ANGE).

Minutos antes ese organismo informó que monitoreaba si esa sacudida había generado algún peligro para Nueva Zelanda, país propenso a actividad sísmica por localizarse en el anillo de fuego del Pacífico. También advirtió a los ciudadanos cerca de la costa para que evacuaran cuanto antes hacia el área elevada o lo “más tierra adentro” posible.

“Según la información actual, la evaluación inicial es que es poco probable que el terremoto haya causado un tsunami que represente una amenaza para Nueva Zelanda”.

Europa Press informó en abril del año en curso que el epicentro de aquel temblor fue la zona donde dos años atrás se presentó un terremoto de 8,1 en la escala de Richter y que obligó a evacuaciones. Además, señaló que las Islas Kermadec no se caracterizan por estar habitadas.

Adicionalmente, se localizan en la falla provocada por la colisión entre las placas tectónicas pacífica y australiana, lo cual desencadena constantes movimientos telúricos de una fuerte intensidad.

Guardar la calma es la sugerencia inicial que diferentes autoridades hacen cuando se presenta un sismo, y más si la magnitud es alta. Sin embargo, no basta con procurar mantener el control si se desconocen las acciones inmediatas para salvaguardar la vida y posiblemente ayudar a otros.

“Durante un terremoto, es posible que escuche un rugido o un ruido sordo que gradualmente se vuelve más fuerte. También puede sentir una sensación de balanceo que comienza suavemente y, en uno o dos segundos, se vuelve violenta”, explican los CDC. Algunos puntos a destacar son:

1. Tener conocimiento previo de los lugares donde puede evacuar seguro.

2. Asegurarse de que los miembros de la familia conozcan el protocolo a aplicar en caso de emergencia.

3. Si hay dificultad para evacuar, hay que ubicarse bajo una mesa y cubrir tanto cabeza como cuello.

4. Abastecerse de elementos de emergencia; esto es haber alistado un botiquín de primeros auxilios, así como agua y alimentos.

5. Apagar los servicios públicos.