¿Es María la Reina del Cielo?
En la Biblia el título “reina del cielo” solo aparece en Jeremías 7:18 y 44:17. ¿Les suena familiar? Sin embargo, no creo que los católicos quieran asociar estos pasajes con su falsa María pues ambos pasajes indican que se trata de una diosa asiria y babilónica llamada Ishtar (conocida también como Astarte por otros grupos paganos). A esta diosa pagana la llamaban la esposa del falso dios Baal llamado también Molech. Su popularidad era tanto que hasta se dio a conocer entre los israelitas. Sin embargo, Jeremías les advirtió sobre el castigo para los que la idolatraran. En la actualidad esta es la misma advertencia que los Bautistas y otros evangélicos hacemos a los adoradores de esta misma diosa pagana pero con nombre diferente (como hacian los griegos y romanos) y disfrazada de la “María” cristiana. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (2 Corintios 11:14).
Alguno dirá, ¿pero no se le llama también a María “Reina del Cielo”? No pues no existe ni un sólo verso en las Escrituras que diga que María es Reina, y mucho menos del cielo. Sin embargo, los católicos citan Apocalipsis 12 para demostrarlo. ¿Pero es esto cierto? En primer lugar, se debe recordar que el libro de Apocalipsis está llena de simbolismos y que así como la mujer de Apocalipsis 17 no se refiere a una mujer literal la de Apocalipsis 12 tampoco. Además si Juan hubiera creído que la mujer de Apocalipsis 12 se refería a una mujer literal, es decir, María, sin duda Juan lo habría dicho. Pero veamos otras razones por la que la descripción de la mujer de Apocalipsis 12 no se ajusta a María por las siguientes razones:
(a) Esta mujer es altamente exaltada mientras que en la Biblia María era pobre y humilde.
(b) La María biblica nunca fue coronada y adornada como esta mujer.
(c) María ya estaba en el cielo hacía muchos años en el tiempo en que esto fue escrito, sin embargo, esta mujer está en la tierra.
(d) María no huyó al desierto donde sería sustentada por mil doscientos sesenta días sino que esta en el cielo donde no hay el tiempo (atemporal) (v. 6).
(e) Esta mujer es perseguida duramente en la última mitad del Período de Tribulación.
(f) La María de la Biblia no tiene descendencia espiritual, ni fue perseguida por Satanás.
Algunos católicos dicen que como María es madre del Rey de reyes y Señor de señores, Jesús, entonces eso implica que María también es Reina del Cielo. Pero en primer lugar, el hecho de que una mujer sea madre de un rey no la convierte automáticamente en reina, como ejemplo tenemos a las madres de David y Saúl, las cuales nunca fueron llamadas reinas en lugar alguno. Por otro lado Betsabé no es llamada reina aún habiéndose sentado al lado del Rey Salomón. Sólo se llega a ser reina siendo la esposa oficial de un rey, y María fue esposa de un carpintero, José. Dios es, fue y será Rey, pero el hecho de que María quedará embarazada por milagro del Espíritu Santo y en su vientre fuera formada el cuerpo de Cristo, el Hijo de Dios, no la convierte a ella en esposa de Dios, pues eso sería una blasfemia.
Segundo, el que María sea descendiente del rey David colocandola en la línea real, eso no la convierte tampoco en reina tan sólo por eso. Recordemos que aún aquellos que fueron hijos del rey David, con la excepción por supuesto de Salomón, ninguno fue rey, por lo tanto, el hecho de ser descendiente no te convierte en monarca. Otros dicen dice que el “salve” era un saludo que se le daba a los Reyes, y que se le dio a Cristo que es Rey, también se le dio a María, por lo tanto eso significa que ella es Reina, pero también se equivocan. Mateo 28:9 dice “He aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.”; es evidente que estas mujeres no eran reinas ni en la tierra, ni en el cielo, ni eran tampoco familias naturales de Jesús, sin embargo Él las saluda con un “salve”. Por tanto, este argumento mariano tampoco se sostiene. Quizás durante el futuro reino de Cristo, María será una reina, pero no la reina del cielo, ni la única con una corona sino que reinará, junto a los demás creyentes, sobre la tierra quienes recibirán también sus coronas (Apocalipsis 4:9-10 y 5:11).